El reformista Masud Pezeshkian gana las elecciones presidenciales en Irán
El reformista Masud Pezeshkian, partidario de un acercamiento con Occidente, será el próximo presidente de la República Islámica de Irán después de imponerse el viernes al candidato ultraconservador en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
Pezeshkian, cirujano cardiaco de 69 años y que fue ministro de Sanidad a principios de milenio bajo el expresidente reformista Mohamed Jatami, obtuvo el 53,3% del voto frente al 44,3% de su rival, Said Jalili. El candidato reformista se ha beneficiado de un aumento de la participación, que alcanzó prácticamente el 50%, diez puntos más que en la primera vuelta del 28 de junio, fuertemente marcada por la abstención.
“Querido pueblo de Irán, la elección ha acabado y este es solo el principio de nuestro trabajo en común. El camino delante nuestro es difícil. Solo será fácil con vuestra colaboración, empatía y confianza. Os tiendo la mano y os juro por mi honor que no os abandnaré en este camino. No me abandonéis vosotros”, ha tuiteado Pezeshkian. Sucederá al presidente ultraconservador Ebrahim Raisi, cuya muerte en mayo en un accidente de helicóptero obligó a convocar elecciones presidenciales anticipadas.
El líder supremo de Irán, Ali Jamenei, ha aplaudido los datos de participación, ha felicitado al ganador y le ha aconsejado que siga el camino de Raisi. “Aconsejo el doctor Pezeshkian, el presidente electo, que confíe en Dios misericordioso, fije sus miras en horizontes altos y claros, y continúe el camino del mártir Raisi, haciendo uso de las abundantes capacidades del país, especialmente de los jóvenes, revolucionarios y fieles recursos humanos”, ha dicho Jamenei.
Pocos apostaban por este diputado de Tabriz, gran ciudad del noroeste de Irán, cuando su candidatura fue aceptada por el Consejo de los Guardianes, junto a otros cinco candidatos, todos conservadores. Pezeshkian no era tampoco una figura prominente de los sectores reformista o moderado en Irán, pero recibió el apoyo de dos expresidentes, el reformista Mohamed Jatami (1997-2005) y el moderado Hasan Rohani (2013-2021). Este último calificó la votación como un “referéndum nacional” en el cual “el pueblo a claramente votado por un entendimiento constructivo con el mundo”.
Pezeshkian era un político poco conocido al comienzo de la campaña y la sensación de desencanto, especialmente entre los jóvenes, parecían jugar en su contra. En su primer acto, de hecho, decepcionó a muchos con su promesa de lealtad a Jamenei. Sin emabrgo, ha ido ganando popularidad con un mensaje de moderación, acercamiento a Occidente (por el propio interés de Irán, argumenta) y críticas a la policía de la moralidad. Ha logrado aunar el voto de descontento con las políticas de Raisi, bajo cuyo gobierno aumentó la represión, así como el deterioro de la situación económica debido a las sanciones occidentales. Su campaña ha capitalizado el miedo a Jalili, un ultraconservador con reputación de intransigente. Antiguo negociador nuclear, Jalili era el candidato de los sectores más religiosos de Irán y defendía una línea dura con Occidente, con una férrea oposición a recuperar el pacto nuclear.
El presidente iraní tiene capacidad de decisión en cuestiones nacionales y en menor medida en política exterior y de seguridad en Irán, donde el líder supremo, Ali Jamenei, ejerce de jefe de Estado con vastos poderes y es la principal autoridad de la República Islámica. Es probable que Pezeshkian, sin embargo, sí ejerza un papel relevante desde su cargo en la elección del sucesor de Jamenei, que tiene 85 años.
El descontento con el régimen, y la pérdida de esperanza en el cambio, había llevado a amplios sectores a boicotear las elecciones. En la primera vuelta solo votó el 39,9% del electorado, el récord de abstención en la historia de la República Islámica de Irán, que siempre ha dado mucha importancia a la participación como prueba del apoyo popular y de su legitimidad
En los mitines de Pezeshkian, hombres y mujeres han compartido espacios , muchas chicas no usaban velo y se ha entonado “mujer, vida, libertad”, el lema de las protestas del 2022 después de la muerte de Mahsa Amini, detenida por no llevar el velo islámico. Se trata de una causa que el médico abrazó en su momento: “Es inaceptable que la República Islámica arreste una joven por el hiyab y devuelva su cadáver a su familia”, dijo en el 2022, aunque poco después advirtió que protestar contra Jamenei no era el camino correcto.
Información de La Vanguardia