Yulimar Rojas es portada de la Revista Vogue: «De pequeña sufrí mucho bullying»
Yulimar Rojas es la portada de la Revista Vogue, luciendo sus imponentes 1,92 metros de altura y exaltando una vez más el nombre de Venezuela son su clásico uniforme de atleta del tricolor venezolano.
La campeona olímpica posó para la portada, muy segura y con gran elegancia. Habló con Vogue, no solo de sus grandes logros como atleta, sino también sobre los abusos que sufrió en su vida. Paradójicamente, el motivo de la burla que sufrió en la niñez y adolescencia: su altura y delgadez.
«De pequeña sufrí mucho bullying. Me persiguió toda mi adolescencia. Me decían muchas cosas. Los sobrenombres me mataban, me dejaban impotente», dijo Yulimar Rojas a Vogue.
“¿Qué pienso cuando salto? O más bien, cuando vuelo, porque es volar. Para mí se trata de ser yo misma. De liberar tensiones. Cuando salto no pienso en nada. Solo digo: ‘Voy para allá’. ‘Voy a saltar’. Me concentro en cómo ejecutar el salto, en cómo usar la técnica a mi favor, en cómo correr. En fluir. Cuando estoy en el aire, lo único que pienso es en caer más lejos. En ese segundo que estás en el aire, flotando, dices: ‘Voy bien, voy bien’… Aguanta, aguanta, aguanta, haaaaasta que llegas a la arena. Es todo muy rápido. No piensas en nada más que el salto”.
Si el salto fuera vertical, Yulimar podría superar un edificio de cuatro o cinco pisos. Su meta en las Olimpiadas de París 2024 era batir su propio récord y alcanzar una distancia de salto de 16 metros. No lo hará. En abril de este año anunció vía redes sociales que, debido a una lesión que sufrió durante unos entrenamientos en el Talón de Aquiles izquierdo, no podría participar en los Juegos Olímpicos de París 2024. “Mi corazón está roto, también quiero disculparme por no poder representarlos en París”. El silencio en el que esta lesión mete la carrera de Rojas es solo superado por dos cosas: su anhelo de recuperarse (que va a tomar mínimo un año) y el vacío que deja en los JJ. OO. una de las atletas latinoamericanas más vistosas y reverenciadas de los últimos años.
Cómo se convirtió Yulimar Rojas en La Reina del atletismo con cuatro títulos mundiales en triple salto? En su vida todo puede leerse como el salto de una niña tímida y miedosa. El de una muchacha que vivía bajo un techo con goteras, temerosa de que la lluvia arrasara su casa, a una mujer que, gracias a sus medallas, logró un nuevo hogar para su familia. El trayecto ha sido duro, sí. Pero la dureza no vino dada por la pobreza en la que creció. El trauma, el dolor, el miedo vino de afuera, de los otros.
“De pequeña sufrí mucho bullying. Ese fue un hecho que me persiguió toda mi adolescencia. Me decían muchas cosas. Los sobrenombres me mataban, me dejaban impotente. Me llamaban garza, jirafa, negra. Se metían mucho con mi color de piel. Como tenía el pelo ‘malo’ (afro), siempre me peinaba con un chonguito que se despeinaba y me decían negra fea. Yo pensaba: ‘Si se meten conmigo es porque soy distinta. En algún momento todas esas personas que se burlan de mí, van a conocer a la verdadera Yulimar’. Todo eso me afectó. Me creó un trauma que sólo pude superar gracias al deporte. El trauma que sentía hizo que no pudiera caminar en lugares donde había mucha gente para que no me vieran, para no pensar que veían o que se metían conmigo. Al final agradezco a esas personas por hacerme más fuerte. Me volvieron una mujer con temple, guerrera, luchadora, capaz de sobreponerse a esos comentarios que por años la persiguieron”.
En un lugar tan difícil como la Venezuela actual, su historia es un relato poderoso porque plantea que la felicidad y el éxito son posibles incluso en las condiciones más adversas. “Siempre supe que era diferente. Que estaba llamada para hacer grandes hazañas para que muchos pudieran ver reflejada su historia en la mía”.
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Es Con Usted / Vogue México