Van der Poel logra su segundo Tour de Flandes
El neerlandés Mathieu Van der Poel (Alpecin Fenix) logró su segundo Tour de Flandes al imponerse en un esprint reducido que fue el colofón a una escapada que protagonizó con el esloveno Tadej Pogacar en los últimos 25 km de carrera, en el que el doble ganador del Tour de Francia fue relegado a la cuarta plaza tras un exceso de confianza.
Van der Poel (Kapellen, Bélgica, 27 años), mantuvo un combate apasionante con Pogacar en los últimos muros, un mano a mano que tuvo un desenlace agónico en la recta de meta, cuando ambos, en un exceso de marcaje y confianza, fueron alcanzados a 300 metros de la línea. Van del Poel arrancó a tiempo para no verse sorprendido y alzó los brazos tras cumplir los 272 entre Amberes y Oudenaarde en un tiempo de 6h.18.22, a una media de 43,1 km/hora.
La segunda plaza en la 106 edición del Tour de Flandes, segundo monumento del año, fue para su compatriota del Ineos Dylan Van Baarle y la tercera para el francés Valentin Madouas (Groupama), ambos beneficiados por el parón de Van der Poel y Pogacar en la táctica de llegada. El esloveno, frustrado, cedió hasta el extremo de ser el último clasificado del cuarteto de cabeza.
Un espectacular duelo entre los dos máximos favoritos en la salida que cumplieron las expectativas, con el esloveno tratando de soltar a Van der Poel en los últimos muros y el neerlandés aguantando latigazos del rey del Tour de Francia, ansioso por ponerse la corona de Flandes.
La plaza de Grote Markt, símbolo de la arquitectura renacentista de Amberes, la ciudad de los diamantes, ofreció rayos de sol después de la nieve de la víspera en Flandes, un alivio para los guerreros que se iban a enfrentar a una monumental batalla sobre un recorrido con 18 muros y 7 sectores adoquinados.
Enseguida empezó el baile con 9 hombres que formaron la escapda inicial: Dewulf, Grignard, Boaro, el alemán del Movistar Max Kanter, Bohli, Paasschens, De Vylder, Mozzato y Van der Hoorn, 9 aliados en lucha contra un viaje interminable y un pelotón que no permitió que se les fuera la aventura a mucho más 5 minutos.
Un inicio con sustos, como la caída de Pogacar. Ligeros rasguños y enseguida cabalgando de nuevo auxiliado por sus subalternos. La entrada en la segunda parte del recorrido incluía la casi totalidad de las cotas, ya encadenadas hasta el final.
Muchos quisieron alterar el orden, como el español Iván García Cortina (Movistar). Un movimiento del asturiano provocó un numeroso corte perseguidor, con aspirantes como Stybar o Mads Pedersen. La carrera ya había adquirido otro cariz. Muchos ataques, nervios, y caídas. Una de ellas magulló al francés Laporte, pieza clave del Jumbo Visma, a falta de Van Aert la baza del equipo holandés junto a Benoot.
En el segundo paso por el Viejo Kwaremont apareció la figura de Pogacar para imponer su manual de uso, resumido en pegar un estacazo en cada muro. El líder del UAE aceleró en los 2 kilómetro adoquinados, terminó con la fuga y seleccionó un grupo de 30 corredores en espera de nuevos escenarios. Un primer avisó que puso en apuros a Van der Poel, quien sufrió para no perder el tren de los elegidos.
Enseguida, en el Paterberg (0,5 km al 9,7 por ciento) el británico Fred Wrigth (Bahrain) atacó para quedarse delante con Van Baarle. Ambos abrieron un pequeño hueco, pero en el Koppenberg otro ataque de Pogacar, respondido por Van der Poel propició que se juntaran en cabeza un quinteto definitivo para discutir la victoria.
Eliminado Kasper Asgreen, defensor del título, por una avería, Pogacar y Van der Poel se unieron a Van Baarle, Madouas y el británico Wrigth, grupo que pasó el Kruisberg con más de 1 minuto sobre un pelotón donde aún resistía García Cortina.
La clave estaba marcada en el encadenado tercer paso por el Viejo Kwaremont y su rampa del 14 por ciento y el Paterberg, último escollo del Tour de Flandes. En la primera cota el enésimo latigazo de Pogacar trató de machacar a Van der Poel, de terminar con su resistencia. No hubo manera. El neerlandés se pegaba como una lapa. Cedieron Madouas, Wrigth y Van Baarle.
Comenzó el cara a cara, el apasionante duelo Pogacar-Van der Poel. Restaban 17 km para meta. LLegó el Paterberg (360 m, 12,9% y pendientes del 20), donde no falta la intentona de Pogacar. En la cima le mira a su rival, y hasta le lleva a pedir el relevo. Una forma de desistir.
Los dos estaban condenados a ir juntos hasta meta. El pronóstico ya era favorable a Van der Poel. Más grande, más fuerte, más rodador, pero Pogacar no iba a dar su brazo a torcer, iba a por todas.
A 3 de meta ambos arrojaron a la cuneta cualquier pero. Bidones, geles….todo lo que sobraba para afrontar el esprint. Dentro del último km empezaron las miras, los parones, los cálculos, el marcaje, mientras se acercaban Van Baarle y Madouas.
Emoción. a 300 metros ya eran 4 los candidatos. Como por arte de magia. Entonces arrancó con fuerza Van der Poel. Era el último cartucho. Y lo aprovechó. A Pogacar le pilló el toro. Cuarto puesto, agrio y decepcionante.
Era la tercera victoria de la tenporada para Van der Poel, su segunda corona en Flandes, la cuarta si se cuentan sus dos A Través de Flandes. Una joya para unir a su Amstel y Strade Bianche . El cuádripe campeón del Mundo de ciclocrós también sabe cazar monumentos.