Minería en Venezuela entre la muerte y la devastación
La actividad minera ha tenido un importante avance en los últimos años, impulsada por las políticas extractivistas del gobierno nacional, en búsqueda de nuevas fuentes de ingresos. Pero también ha recibido un importante impulso con la cada vez mayor actividad de grupos irregulares, que toman control de los territorios y explotan la naturaleza a su antojo. Esto ha traído graves consecuencias en las relaciones sociales y en la degradación de los ecosistemas, al punto que está dejando profundas huellas difíciles de cubrir.
Por eso, varios pueblos indígenas han debido organizarse para defender sus territorios de grupos armados irregulares y del abuso e ilegalidad de las fuerzas del “orden público”. Así nacieron las guardias territoriales, conformadas por miembros de las comunidades indígenas. Entre los fundadores de las que protegían las tierras Wotjuja (Piaroa), del Amazonas, estaba Virgilio Gutiérrez, recientemente asesinado por los irregulares que pretenden extender la minería ilegal en sus territorios y mantienen un conflicto abierto con estas comunidades.
Ver También: Pronunciamiento OEP ante el asesinato del líder indígena y defensor ambiental Virgilio Trujillo.
Esto ha traído la migración masiva de indígenas que huyen de los territorios ocupados por los irregulares, quienes amenazan y extorsionan a la población de la región para afianzar su control territorial. Esto también ha sido denunciado por ODEVIDA quienes han registrado que entre 2013 y 2021, 32 líderes indígenas y ambientales fueron asesinados, 21 de ellos asesinados por sicarios mineros o miembros de grupos armados irregulares; así como 11 por miembros de las FANB; reportado PROVEA. Igualmente existen denuncias de la destrucción de las comunidades, como ha sido reportado por Diálogo Américas. Los territorios indígenas son invadidos por grupos mafiosos que pelean por el control de las minas, dejando víctimas en el medio y desplazando comunidades enteras.
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