Aniversario 192 muerte de El Libertador Simón Bolívar
Bolívar, nace para la vida en Caracas, el 24 de Julio de 1783, y para la gloria, de Venezuela. La historia es una sola, se registra de forma fidedigna y se divulga de la misma manera, para bien del acervo histórico de los pueblos.
En el seno de una familia aristocrática venezolana, el niño Bolívar tiene una infancia bastante triste por la temprana muerte de sus padres, su crianza y juventud, también se caracteriza por dificultades que lo van fortaleciendo. Tiene la fortuna de ser ilustrado por personajes sobresalientes de la época como don Andrés Bello y don Simón Rodríguez; este último, quizás, su filósofo y mentor. Ingresa a la academia militar y luego en Europa se adiestra en el arte de la guerra. Su relación con Francisco de Miranda le da los componentes fundamentales para su destino como Libertador.
Lideró las campañas que dieron la independencia a varias naciones americanas, además fue fundador de la Gran Colombia. También fue legislador y redactor de constituciones, ambientalista y jurista. Llevó a cabo el Congreso Anfictiónico de Panamá, para crear una confederación hispanoamericana, que uniría desde México hasta la Argentina, no obstante debido a conflictos políticos económicos internos en la Gran Colombia, no pudo continuar con este proyecto emancipador que incluía a Cuba, Puerto Rico, La Florida y del apoyo militar a la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Para el presidente de la Academia de la Historia del Estado Carabobo, José Alfredo Sabatino, a 192 años de su partida, Simón Bolívar sigue siendo un referente fundamental para los venezolanos, aunque la idea grancolombiana no haya sido más que un sueño inconcluso.
Estima que este proyecto fue una idea ambiciosa que sucumbió ante la realidad de naciones que apenas abrazaban los idearios de libertad, pero con profundas diferencias desde el punto de vista social, económico y geográfico.
Sabatino cita que, aunque muere en Colombia, el Libertador se reencuentra con su amada patria el año 1842, cuando durante el segundo mandato del general José Antonio Páez, se realizan las diligencias para repatriar sus restos, dando así cumplimiento a su última voluntad.
Una comitiva encabezada por el doctor José María Vargas realiza el traslado de los restos a la goleta “Constitución”, atracada en el puerto de Santa Marta, que zarpa con dos buques escolta, en medio de salvas de cañón con destino a la ciudad que le vio nacer y en cuyo Panteón Nacional hoy reposan sus restos.