En Venezuela se requiere un plan para estabilizar el bolívar, según economistas
El poder adquisitivo se desvanece y la capacidad de compra del venezolano exige una progresiva recuperación, desde un plan de país con miras a estabilizar el valor del bolívar ante el alza del dólar. Economistas consideran que este es un esfuerzo necesario para evitar la continua devaluación de la moneda nacional, permitiendo salarios que sean suficientes para cubrir alimentación y salud.
Desde el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM) advertían a finales de 2022 que la familia requería de 64 salarios mínimos para cubrir la canasta alimentaria, reseñó la Prensa de Lara.
Asimismo, esto es una realidad que sigue sin ajustes y que el economista, Jhon Cisneros, considera la pertinencia de aplicación de políticas del Estado en función de detener un escenario hiperinflacionario y que la población sienta temor de los montos en bolívares que suelen perder valor y deben ser cambiados de inmediato a la divisa más común entre las operaciones financieras.
Explicó que la ciudadanía vive entre una inminente dolarización, cuando es la exigencia de la operación más sencilla y los ingresos siguen limitados a un salario mínimo tan insuficiente que apenas se puedan costear un par de productos.
“Hablar de poder adquisitivo es replantear políticas sin el desespero por el avance del dólar”, resaltó y refirió que todo se logra a partir del empleo, como resulta de las condiciones para la producción en el país.
Igualmente, aclaró que la garantía de la producción sería el fruto de ese ambiente de confianza, para promover la inversión nacional y extranjera. Esto conllevará a la disponibilidad para que los venezolanos dejen de decidir entre los gastos de alimentación y cobertura en salud.
“No se puede hacer mercado porque el dinero no alcanza”, expresó José Ledezma, quien es albañil y no ha conseguido trabajo en obras. Estimó que pueda gastar alrededor de $25 y ni puede cubrir esos gastos junto a su esposa.
Ese lamento de Ledezma es sentido en muchos hogares que sólo agradecen el poder adquirir ciertos víveres, aunque sin dieta balanceada.
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