¿Qué opinaban los antiguos romanos del suicidio?
El suicidio es un tema polémico que ha sido discutido durante siglos. Los antiguos romanos eran particularmente firmes en sus opiniones sobre el suicidio. Para ellos, la vida era un don sagrado de los dioses, y la forma en que uno vivía esa vida era una cuestión de honor. Por lo tanto, el suicidio era una acción que iba en contra de los valores de la sociedad romana.
El impacto que el suicidio podía causar
Los antiguos romanos consideraban el suicidio como un acto de cobardía. Se creía que el suicidio era una forma de huir de la responsabilidad, y que una persona que optaba por esa salida no era digna de respeto. También creían que el suicidio era una falta de honor hacia los dioses, ya que era una forma de negarles el regalo de la vida.
En la sociedad romana también estaban preocupados por el impacto que el suicidio tendría en la familia y en la sociedad. El suicidio era visto como una forma de dejar a los familiares en un estado de profunda tristeza y desesperación. Además, esta acción no era admisible en una sociedad que valoraba el honor y el respeto.
Los antiguos romanos también estaban preocupados por la posibilidad de que el suicidio se convirtiera en una moda. A medida que la cultura romana se extendió por el Mediterráneo, el suicidio se convirtió en una práctica común entre las clases altas de Roma. Esto llevó a los líderes romanos a promulgar leyes para prohibirlo. Estas leyes incluían sanciones tales como confiscar la propiedad de la familia del suicida, enterrar al suicida fuera de los límites de la ciudad y prohibir el uso de los bienes del suicida.Casas romanas
¿Cómo enterraban los romanos a sus seres queridos fallecidos?
Los romanos solían enterrar a sus seres queridos con una ceremonia compleja y significativa. Esta ceremonia variaba según el estatus social, el género y la edad de la persona fallecida.
El proceso de enterramiento comenzaba con la toma de una muestra de sangre de la persona fallecida. El líquido era derramado en el suelo para honrar a los dioses y para confirmar la muerte. A continuación, el cuerpo era envuelto en una tela y colocado en un ataúd de madera.
El ataúd se llevaba al lugar de la ceremonia donde se realizaba una oración. Esta oración era pronunciada por el cabeza de familia para honrar a los dioses y pedirle protección al difunto. Una vez que la oración había concluido, el ataúd era enterrado en una tumba.
La tumba estaba hecha de ladrillos de arcilla o de bloques de piedra. A veces, los objetos personales del difunto se colocaban en la tumba como una forma de honrarlo. Las tumbas también estaban decoradas con inscripciones y figuras.
Después de que el cuerpo fue enterrado, los familiares realizaban una comida en honor del difunto. Esta comida era una forma de celebrar la vida del fallecido y de conmemorar su partida, y también se utilizaba para unir a la familia y demostrar el amor que sentían por el difunto.
Por OKDiario