Alertan aumento de venezolanos que intentan cruzar el istmo de Panamá
El número de venezolanos que han intentado cruzar el paso del Darién, que une a Panamá con Colombia y el resto de Suramérica, ha aumentado en los primeros dos meses de 2022 hasta más de 2.500, un número que se asemeja a los 2.800 registrados en todo el año 2021, advirtieron hoy agencias de las Naciones Unidas.
Estos venezolanos, junto a otros migrantes, «están en cada vez mayor número intentando atravesar pasos fronterizos peligrosos, como el de las junglas de Darién, en busca de un lugar seguro», señalaron en un comunicado conjunto la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur).
Las organizaciones advierten una tendencia creciente a emigrar hacia el norte, a medida que los países de acogida de los refugiados y migrantes venezolanos comienzan a sufrir con mayor intensidad el impacto socioeconómico de la pandemia de Covid-19, indicaron OIM y Acnur.
En enero y febrero el número total de migrantes y solicitantes de asilo de todas las nacionalidades identificados en el Darién se triplicó, de 2.928 en el mismo periodo de 2021 a 8.456 en 2022, incluyendo a 1.367 menores de edad.
La zona de Darién, con numerosas corrientes fluviales, selvas y una complicada orografía, es además una zona de actividad de grupos armados, y algunos tardan hasta diez días en cruzarla, «llegando a comunidades indígenas remotas hambrientos, deshidratados, exhaustos y necesitados de atención médica», advierten las agencias de la ONU.
El pasado año, una cifra récord de 133.000 personas intentó llegar a Centroamérica por esta ruta, en su mayoría haitianos, aunque también hubo un importante número de cubanos y venezolanos, así como migrantes africanos e incluso de lugares tan lejanos como Bangladés o Uzbekistán.
En 2021, al menos 51 personas desaparecieron o fallecieron en esa ruta, indicó el comunicado de OIM y Acnur.
Más de seis millones de venezolanos han dejado su país a consecuencia de la crisis política y económica en los últimos años, la mayoría de ellos acogidos en países de Latinoamérica.