Argentina encabezará el crecimiento regional en 2025, según el Banco Mundial
Argentina encabezará el crecimiento económico de América Latina en 2025 con una expansión proyectada del 5,5 %, lo que marca un giro radical respecto a la contracción del 1,8 % en 2024, según el informe semestral del Banco Mundial sobre las perspectivas de América Latina y el Caribe.
El organismo atribuye este rebote a las recientes medidas de estabilización macroeconómica adoptadas por el Gobierno, que han comenzado a generar señales de recuperación tras años de desequilibrios fiscales, inflación galopante y estancamiento productivo.
Con esta cifra, Argentina no solo supera ampliamente el promedio regional proyectado del 2,1 %, sino que contrasta con el menor dinamismo de las otras grandes economías latinoamericanas, como Brasil (1,8 %), México (0,0 %), Colombia (2,4 %), Chile (2,1 %) y Perú (2,9 %).
El crecimiento previsto para Argentina se apoyará principalmente en el sector externo, dado que el consumo interno continúa rezagado por la pérdida del poder adquisitivo y la cautela del mercado laboral.
Rebote tras el ajuste de 2024
A lo largo de 2024, la economía argentina se vio arrastrada por un proceso de ajuste necesario para corregir los desequilibrios heredados, con impactos visibles en el gasto público, la actividad productiva y el bienestar social.
El Banco Mundial destaca que, pese al repunte previsto, el país continúa enfrentando importantes retos estructurales. Entre ellos figuran un déficit fiscal elevado, una deuda pública que ha aumentado de forma persistente desde la pandemia —con una carga de intereses que ya representa el 10,9 % del gasto público en las principales economías regionales— y una inflación crónica que, aunque ha comenzado a desacelerarse, se mantiene por encima de los estándares internacionales.
Los analistas del organismo señalan que la baja inversión pública y privada, combinada con una productividad estancada —la productividad laboral argentina representa solo una fracción de la de los países desarrollados—, limitan la capacidad del país para sostener un crecimiento de largo plazo.
En este contexto, recomiendan continuar con las reformas estructurales postergadas en materia fiscal, regulatoria y educativa para consolidar un modelo económico más resiliente y competitivo.
En términos de comercio, Argentina ha incrementado su integración con mercados como China y la Unión Europea, aunque sigue siendo vulnerable a los vaivenes del contexto internacional, en particular al endurecimiento de las condiciones financieras globales y a la creciente incertidumbre en la política comercial de socios estratégicos como Estados Unidos.
Según el Banco Mundial, aproximadamente un 10 % del empleo total argentino depende directamente de industrias vinculadas a la exportación, lo que refuerza la importancia de una estrategia de inserción internacional sólida.
El informe también alerta sobre los impactos sociales de los ajustes macroeconómicos en curso. Si bien las políticas de consolidación han permitido mejoras en la cuenta corriente y en las expectativas de los mercados financieros, persisten los riesgos sociales derivados de la contracción del consumo privado y la lenta recuperación del empleo formal.
A futuro, el Banco Mundial proyecta un crecimiento del 4,5 % para 2026 y del 4,0 % para 2027, lo que mantendría a Argentina como una de las economías con mayor dinamismo de la región.
Sin embargo, esa proyección depende de la sostenibilidad de las reformas, de un entorno internacional más favorable y de avances concretos en la reducción de la inflación y la informalidad laboral.
«Argentina tiene una oportunidad única de salir de su prolongado ciclo de crisis si logra consolidar sus avances recientes con una agenda ambiciosa de reformas estructurales», concluye el informe.
Información de ALN