Bernardo Arévalo asumirá la presidencia de Guatemala tras meses de incertidumbre política
Tras largos meses de incertidumbre, tensión política, confrontación y polémicas, el líder progresista del Movimiento Semilla, Bernardo Arévalo, ganador de los comicios presidenciales celebrados en agosto de 2023, asumirá finalmente como jefe de Estado de Guatemala junto a su compañera de fórmula para la vicepresidencia, la científica y socióloga Karin Herrera.
La asunción de Arévalo y Herrera ―que estarán al frente del país durante el período 2024-2028― se mantuvo en entredicho hasta esta última semana debido a distintas investigaciones judiciales que abrió el Ministerio Público (MP) guatemalteco contra ambos, su partido político Semilla e incluso el proceso electoral que le dio la victoria, al considerar que sus resultados serían nulos.
Estas acciones fueron denunciadas por Arévalo y Herrera, quienes alegaron que los expedientes creados por el MP en manos de la fiscal general, María Consuelo Porras, obedecían a una persecución política que pretendía generar un golpe de Estado y evitar que se formalizara su toma de posesión este 14 de enero.
Los conflictos entre la dupla presidencial electa y la fiscalía comenzaron semanas antes de su triunfo en la segunda vuelta presidencial, jornada que marcó varios hitos políticos, donde el dirigente se convirtió en el candidato más votado de la historia del país centroamericano con más de 2,4 millones de votos, y en el primero, también, en ser hijo de un expresidente.
Luego que las autoridades electorales confirmaran su victoria con 58 % de los votos, frente al 37 % que obtuvo la conservadora Sandra Torres, el entonces presidente electo, quien ya había denunciado el acoso judicial en su contra, destacó la participación de los guatemaltecos en los comicios como “un acto de defensa de la democracia”, sobre todo en un momento histórico para el país que “significó un acto de valentía”.
El sociólogo de 65 años, hijo del fallecido expresidente Juan José Arévalo (1945-1951), consideró que el alud de votos a su favor reflejó que la ciudadanía está harta de la corrupción enquistada en el Estado, y anhela cambios reales que transformen la política en Guatemala y abran paso a una verdadera institucionalidad democrática.
Con información de RT