Destructores de EEUU en el Mar Caribe: la ofensiva militar que Trump repite contra Nicolás Maduro

Tres destructores estadounidenses con misiles guiados Aegis deben llegar a las costas de Venezuela a más tardar el miércoles 20 de agosto. Se trata de una ofensiva militar que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, repite contra el gobernante Nicolás Maduro, a quien señala como miembro de un cartel de narcotráfico.

Ya en 2020 ocurrió. En el primer gobierno de Trump, buques destructores, barcos de combate, aviones y helicópteros fueron enviados a efectuar tareas de «vigilancia» cerca de Venezuela. La decisión la tomó el 1 de abril de ese año, una semana después de que el Departamento de Justicia de su país acusó a Maduro de tráfico de drogas y ofreció 15 millones de dólares por su captura.

La misión de la ofensiva militar en 2020 era reducir la entrada de drogas ilegales en EE. UU. y «el soporte financiero para el narcotráfico que provee al régimen corrupto de Maduro en Venezuela», según la declaración del entonces asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Robert O’Brien.

Cinco años después, con Trump de nuevo en la presidencia, Estados Unidos repite la estrategia y ordena el envío de los destructores USS Gravely, el USS Jason Dunham y el USS Sampson, equipados con misiles guiados, sistemas de defensa antiaérea AEGIS y capacidad ofensiva de largo alcance.

El objetivo de la misión es reducir las amenazas de los cárteles de droga en Latinoamérica que fueron designadas como organizaciones terroristas, una lucha para la que Trump anunció que usaría las fuerzas militares.

Un despliegue de meses

Un funcionario de la administración Trump familiarizado con el caso informó a la agencia de noticias Reuters que el operativo militar duraría varios meses y que el plan era que operaran en espacio aéreo internacional y aguas internacionales.

Al igual que en 2020, el despliegue militar de Trump en las costas de Venezuela llega después de que el Departamento de Justicia de EE. UU. vinculara de nuevo a Maduro con mafias del narcotráfico.

El Departamento de Estado designó el 25 de julio al venezolano Cartel de los Soles como organización terrorista, la cual -según EE. UU.- está bajo la administración de Maduro. Trece días después, el 7 de agosto, la fiscal general de EE.UU., Pam Bondi, aumentó la recompensa por información que conduzca al arresto de Maduro a US$50 millones.

“Es uno de los narcotraficantes más grandes del mundo y una amenaza a nuestra seguridad nacional», justificó la fiscal.

En ambas oportunidades, Maduro aseguró que las acusaciones son falsas. “El imperio se volvió loco y renovó como un refrito podrido sus amenazas a la paz de Venezuela”, dijo este lunes 18 el gobernante venezolano sin referirse abiertamente a la ofensiva militar de EE. UU. Sin embargo, anunció el despliegue de 4,5 millones de milicianos en respuesta.

Un caso similar se registró en la región a finales de la década de 1980, cuando las autoridades estadounidenses imputaron por narcotráfico a un presidente en ejercicio al que tampoco reconocían: el panameño Manuel Antonio Noriega, quien fue capturado por EE. UU.

¿Qué implicaciones trae el despliegue militar?

La decisión de EE. UU. de enviar tres destructores de la Armada cerca de la costa venezolana tiene implicaciones de carácter militar, diplomático y geopolítico. Su presencia envía un mensaje de capacidad de respuesta inmediata ante amenazas en el Caribe, ya sean de narcotráfico, de otros actores (como Rusia o Irán) o movimientos militares venezolanos.

Según información obtenida por El Pitazo, Estados Unidos reafirma con la ofensiva que las aguas internacionales del Caribe no son controladas por la administración de Maduro más allá de las 12 millas náuticas.

Esto quedó demostrado en junio de 2020, cuando un barco de la Armada de Estados Unidos navegó cerca de la costa de Venezuela en lo que el Comando Sur del ejército estadounidense llamó una «operación de libertad de navegación», un día después de que un barco de carga del enemigo de Estados Unidos, Irán, atracara en un puerto venezolano.

En una publicación en su sitio web el 23 de junio de 2020, el Comando Sur dijo que el USS Nitze, un destructor de misiles, navegó en un área fuera de las aguas territoriales de Venezuela, que se extienden unas 12 millas náuticas desde sus costas, pero dentro de un área sobre la cual el gobierno venezolano «falsamente afirma tener control».

Las maniobras militares anunciadas por la administración Trump en costa venezolanas también representan un mensaje a países como Rusia, Irán o China, que han tenido presencia naval o comercial en puertos venezolanos, y les indica que el Caribe sigue siendo un espacio de interés estratégico de Washington.

Ahora, en la política interna, el chavismo ve la ofensiva como un ataque a la soberanía y la paz de la región; mientras que la oposición lo considera como un respaldo indirecto a la presión internacional sobre Maduro, cuya reelección como presidente sigue cuestionada ante la negativa del Consejo Nacional Electoral de mostrar las actas de votación que demuestran su victoria en la elección del 28 de julio de 2024.

Información de El Impulso