El día que Leonardo da Vinci quiso volar como pájaro
No hace muchos años se descubrió un laboratorio que permaneció oculto en un monasterio de monjes de la orden de los Siervos de María, cercano a la Basílica de la Santísima Anunciación, en el centro de Florencia. Fue grande la sorpresa al saber que había sido usado por Leonardo da Vinci. En sus paredes se adivina un fresco posiblemente pintado por el genial artista e inventor renacentista.
Los especialistas aseguraron que esta pintura tiene un extraordinario parecido a sus trabajos experimentales, que incluye un tríptico de pájaros volando en círculos sobre una representación de la Virgen María, que atribuyen a los estudios de Leonardo del vuelo de las aves.
Leonardo di ser Piero da Vinci es una de las personalidades de la historia imposible de encasillar en una actividad determinada. Fue científico, inventor, arquitecto, pintor, astrónomo, ingeniero, filósofo, un apasionado por la anatomía y la botánica.
Para da Vinci, el vuelo fue una de sus obsesiones, como el de casi todo ser humano. Dos milenios atrás los chinos habían logrado desafiar la gravedad con el armado del primer cometa, hecho con seda y caña de bambú.
Inventó una máquina voladora, que se basó en las largas observaciones que hizo de los pájaros, de los murciélagos y de los insectos.
Cuando comenzó a pintar su célebre La Gioconda, por 1503, ya tenía en su cabeza escribir una suerte de tratado sobre los pájaros.
En esa inquietud por interpretar las leyes de la naturaleza, nunca paraba en generar ideas e inventos. En un momento, se abocó a los estudios para hacer volar al hombre. Aprovechó una larga de reclusión obligada por la peste que asolaba a Europa, para concentrarse en esta cuestión.
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