El keniano Kiptum pulveriza el récord del mundo de Maratón en Chicago
El keniano Kelvin Kiptum (23 años) borró del libro de los récords al legendario Eliud Kipchoge al batir este domingo en Chicago (Estados Unidos) el récord del mundo del maratón. Se permitió incluso el lujo de esprintar tras celebrarlo alzando los brazos para parar el crono en 2h00m35s, es decir 34s mejor que lo que había logrado el gran Kipchoge en Berlín el 25 de septiembre del 2022 (2h1m9s). En un circuito más exigente y con más subidas que el trazado alemán Kiptum realizó una exhibición para los anales.
Porque hizo una carrera en negativo, completando la segunda mitad del recorrido más rápida que la primera (1m00m48s más 59m47s). Su cabalgada a partir del kilómetro 30 fue lo nunca visto. Este chico no conoce el muro. Al contrario se lo salta con su zancada grácil y con un braceo de manual para afrontar cada pequeño repecho.
En su tercer maratón Kiptum logró un objetivo que ya rozó en Londres este mismo año, cuando se impuso y se quedó muy cerquita del récord de Kipchoge. Porque Kiptum de momento es imbatible en maratón. Tres maratones, tres triunfos. El de Londres, el de este domingo y el de Valencia en 2022.
La nueva plusmarca mundial hizo las delicias de los 29 barrios de Chicago por donde pasó la prueba. Que iban rápido se veía desde el principio, pero también que Kiptum iba guardando un cambio de ritmo.
La liebre tenía que resistir hasta el 25 o el 30 pero en la mitad de la prueba dijo basta. Kiptum se quedó solo con la compañía del también keniano Daniel Mateiko, que debutaba en la distancia y que es compañero de entrenamientos de Kipchoge. Mateiko resistió hasta el km 30 pero después explotó. Porque lo que vino entonces resultó un torbellino de Kiptum. Cuando en un maratón parece difícil apretar el joven protagonizó una aceleración. Se veía a simple vista y los tiempos lo confirmaron. En el km 30 Kiptum iba 51 segundos peor que Kipchoge el día de su récord en Berlín. En el 35 ya estaba en los tiempos de Kipchoge y en el 40 ya tenía una renta de 30 segundos sobre la marca de su veterano compatriota. Estaba transitando a 2m46s el kilómetro, una barbaridad, y más con esa tralla en las piernas.
Pero ya en Londres Kiptum había demostrado saber correr con cabeza y tener gasolina para ir más rápido al final que al principio.
“Estoy muy feliz por el récord del mundo. Me he sorprendido, no me lo esperaba. Mi intención era la de hacer el récord del circuito, no el del mundo, pero me he sentido muy, muy bien”, dijo a vuelapluma unos minutos después de terminar la carrera.
Le preguntaron si su siguiente objetivo es ser el primer hombre de bajar de las dos horas tras ser el primero que lo hace de 2h01m. Respondió que lo que está en su cabeza “son los Juegos Olímpicos de París”, dentro de nueve meses. El mismo objetivo que Kipchoge. Se viene un duelo por todo lo alto.
Kiptum empezó a correr con regularidad en 2016. Desde siempre se entrena junto a su pueblo, Chepkorio, a unos 40 kilómetros de Eldoret, la meca del atletismo de fondo en Kenia. Su técnico es el ruandés Gervais Hakizimana. Durante el confinamiento del coronavirus el preparador estuvo un año encerrado en Kenia trabajando junto a su pupilo y se escapaba a realizar visitas discretas al campamento de entrenamiento de Kipchoge. Mientras el veterano atleta suele realizar unos 180 kilómetros a la semana Kiptum se va a los 250 e incluso en ocasiones a los 300, como hizo para preparar la carrera de Londres.
En la prueba femenina el récord del mundo, conseguido hace solo dos semanas por la etíope Tigist Assefa (2h11:53), peligró durante un buen rato pero al final la polifacética neerlandesa Sifan Hassan se impuso con la segunda mejor marca de la historia (2h13m44s) lo que supone un nuevo récord de Europa. Tiempo de maratón. Tiempo de zapatillas. Tiempo de talentos.
Con Información de La Vanguardia