El Mundial de Catar 2022 ya tiene su balón oficial, Al Rihla
El Mundial de Catar 2022 ya tiene su pelota oficial, se trata de la Al Rihla, el 14to balón consecutivo que Adidas diseña para la cita futbolística más importante del planeta. Una tradición que se inició en México 70 y que al día de hoy es esperada cada cuatro años por cuestiones de marketing pero también por motivos futboleros: ella será la protagonista absoluta a partir del lunes 21 de noviembre, cuando se eche a rodar por Medio Oriente.
En árabe, «Al Rihla» significa «El viaje», y según afirman los técnicos alemanes a cargo de las evaluaciones finales del producto, será un viaje a ritmo vertiginoso: la definen como «la más veloz y la más precisa» de toda la historia de los mundiales.
“El fútbol se está jugando cada vez más rápido, y a medida que se acelera, la precisión y la estabilidad de la pelota en el aire se vuelven fundamentales. El nuevo diseño permite que la pelota mantenga una gran velocidad durante toda su trayectoria. Para el mayor escenario deportivo del mundo, nos propusimos innovar radicalmente y hacer posible lo imposible con el balón para la Copa del Mundo más rápido y preciso creado hasta la fecha”, explicó Franziska Loeffelmann, directora de diseño de estampados y prendas deportivas de fútbol de la marca. Lionel Messi, figura de Adidas, ya posó con ella y empezó a hacerse amigo.
En cuanto a lo visual, la Al Rihla sigue la tendencia de los últimos mundiales y ofrece también una perspectiva artística, haciendo referencia a elementos de la cultura y la arquitectura local, junto a embarcaciones propias de la zona y una bandera de Qatar, país anfitrión. Combina lo moderno con lo clásico, y por sus trazos y su paleta de colores podría ubicarse tranquilamente entre las más lineas de todos los Mundiales. Pero el debate está abierto y guarda cuestiones muy personales.
Así como no hay discusiones respecto a que la de Italia 90 fue la mejor canción de todas, elegir la mejor pelota puede ser más complicado. Y el avance de la tecnología también entra en juego a la hora de las conclusiones. Es por eso que existe una historia antes y después de 1970, el momento en que Adidas se asoció a la FIFA y «le dio pelota».
Comienzo del recorrido
Estuvo en México 70 y en Alemania 74, se llamó Telstar Durlast y no solo le dio una copa al Brasil de Pelé y otra a la Alemania Federal de Beckenbauer: con su diseño de gajos pentagonales negros y blancos, se instaló en el imaginario futbolero como la representación icónica de la pelota de fútbol. Se la hizo en esos colores por pedido de la incipiente industria televisiva, y la estructura en paneles fue inspirada por la del satélite Telstar, lanzado al espacio unos años antes, en plena carrera espacial.
En el 78 llegó la Tango, con la que la Argentina del Matador Kempes obtuvo su primer Mundial de la historia. Los estampados en cada uno de sus gajos ofrecían la ilusión óptica de círculos, una tendencia que se repetiría en los siguientes seis mundiales, hasta 1998. Fue tan buena la recepción de su diseño que en España 1982 volvió a jugarse con ese mismo balón en su versión Tango España, mejorando su impermeabilidad, aunque la historia para los de Menotti fue bastante distinta.
Como si fuera un pincel de Da Vinci, la Azteca que se utilizó en México 1986 cuenta con el plus de haber sido el instrumento con el que Diego Maradona le dio vida al mejor gol de todos los tiempos. Los dibujos sobre sus gajos hacían referencia directa a los murales aztecas, y en la Argentina tuvieron que llamarla Jalisco por una cuestión de derechos comerciales. Al día de hoy, en plataformas como Mercado Libre, la réplica se vende a 10 mil pesos, y la original, usada, aparece publicada con valores superiores a los 40 mil.
En los noventa, el desarrollo tecnológico corrió a mayor velocidad que el de los diseños. La Etrusco, de Italia 90, imitó a la del 86 en eso de usar simbología propia de la cultura de ese país; la Questra, en Estados Unidos 1994, se llamó así por su significado «búsqueda de estrellas» y en el estampado aparecen elementos propios del espacio como cometas y planetas, y la Tricolore, de Francia 1998, con sus infaltables azul, blanco y rojo dominando su circunferencia.
Agencias