Francia recibe la antorcha de París 2024 para relanzar el fervor por los Juegos
La antorcha olímpica llegará este miércoles a territorio francés, al que entrará por el puerto de Marsella tras haber viajado en un mítico velero desde Grecia, en una gran ceremonia festiva con la que los organizadores pretenden relanzar el fervor por los Juegos de París.
El presidente francés, Emmanuel Macron, estará al frente de la ceremonia, que coincide con la festividad en Francia por el aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial y que se desarrollará en medio de unas ingentes medidas de seguridad que servirán también de ensayo para las que tendrán lugar durante los Juegos.
Si las encuestas muestran que son muchos los franceses que todavía sienten recelo hacia el mayor evento deportivo del mundo y se fijan más en los inconvenientes que genera frente a los beneficios que acarrea, la llegada de la antorcha pretende cambiar esa tendencia.
Un millar de barcos participará en la parada marítima que acogerá al Belem, el velero en el que la antorcha, encendida en Olimpia el pasado 16 de abril, fue embarcada el 27 en un candelabro que se situó en su camarote principal.
Tras doce días de navegación, el segundo mayor velero de Francia lucirá su impresionante estampa de tres mástiles frente a las costas francesas que durante los Juegos acogerán las pruebas de vela.
Multitud de actividades festivas se desarrollarán en paralelo en tierra para ir preparando el momento álgido, que llegará sobre las 19.00 horas (17.00 GMT) con la entrada del barco en el Puerto Viejo de la segunda mayor ciudad del país.
Frente al mismo, 150.000 personas asistirán a un momento importante del camino hacia los Juegos de París, el inicio de un relevo en el que 10.000 brazos irán portando la antorcha hasta que el 26 de julio ilumine el pebetero de París tras la ceremonia de inauguración.
La festividad marsellesa contará con una parada aérea en la que los cazas de la Patrulla de Francia, célebre escuadrilla de aviación, dibujarán sobre el cielo diversas figuras, entre ellos los aros olímpicos.
Naestro, conocido como el ‘Pavarotti de la calle’, interpretará ‘a capella’ La Marsellesa, antes de que la orquesta filarmónica de la ciudad desvele el himno de los Juegos de París, que sonará por vez primera y que acompañará todos los momentos importantes de la cita olímpica.
El Belem acostará entonces en el Viejo Puerto y el nadador Florent Manaudou, oro en los 50 metros libres en Londres, será el primer relevista en suelo francés. Su hermana Laure, oro en los 400 metros en Atenas, fue la primera francesa que recibió la antorcha en la ceremonia de Olimpia.
El famoso nadador, nacido en Marsella, se lanzará con la antorcha en su mano por una pista de atletismo flotante sobre las aguas del puerto, antes de llegar a un pequeño malecón construido para la ocasión para servir de entrada al fuego olímpico al territorio francés.
Durante meses se había especulado con que fuera el exfutbolista y entrenador Zinedine Zidane, también marsellés de nacimiento, quien recibiera la antorcha, pero las autoridades han descartado esa hipótesis.
Un abanico de deportistas tomará el relevo: entre ellos los jugadores de baloncesto Tony Parker o Nando de Colo, los futbolistas Didier Drogba, Jean Pierre Papin, Éric di Meco o el actual capitán del Olympique de Marsella, Valentin Rongier, los nadadores Fabien Gilot y Frédérick Bousquet o la esgrimista Pascale Trinquet-Hachin.
Durante un día, Marsella podrá ver la antorcha por sus calles, la única ciudad que tendrá ese derecho junto a París.
En la ciudad, en paralelo, habrá un gran concierto gratuito de los raperos Soprano y Alonzo.
A la mañana siguiente, cuando se celebra el Día de Europa, los relevistas vendrán de los 27 países miembros de la Unión Europea en una acción colectiva a la que también ha sido invitada la gimnasta ucraniana Maria Vysotchanska.
La antorcha comenzará entonces un periplo de 69 días que le llevará por 64 departamentos del país, incluidos los de ultramar, visitando algunos de los lugares más turísticos del país antes de llegar a París.
Aunque en miniatura, la ceremonia de Marsella servirá también de ensayo a la de inauguración que tendrá lugar en la capital el 26 de julio, lo mismo que el dispositivo de seguridad puesto en marcha.
Unos 6.000 agentes serán desplegados tanto en tierra como en el mar, los registros de barcos se han multiplicado en las últimas horas y a partir de mañana el acceso al Puerto Viejo se hará bajo importantes medidas de seguridad.
Con información de EFE.