Infobae: Quiénes son los oficiales iraníes que negocian el petróleo venezolano
Nicolás Maduro cree sentir algo de alivio. El precio del petróleo se mantiene en niveles altos gracias a la brutal invasión que su socio Vladimir Putin ordenó en Ucrania el pasado 24 de febrero. Así, su principal recurso podría darle un respiro a la raquítica economía local. Este 2022, la producción creció a 800 mil barriles diarios y piensa que este será el mejor año del sector en mucho tiempo. Lo debe, también en parte, a otro de sus aliados: Irán, el país experto en tráfico de crudo con barcos fantasma, reseña el portal Infobae en un reportaje.
La unión carnal propuesta por ambas administraciones no está motivada por el amor, sino en el dinero. En Irán creen que los funcionarios chavistas están cometiendo “demasiados errores” y “muy torpes” en el manejo de la propia crisis petrolera. Sin embargo, la aversión es recíproca. Los técnicos e ingenieros venezolanos -principalmente de Pdvsa- que se mantienen alejados de la política saben que cuentan con la experiencia suficiente para explotar los recursos de su tierra como lo hacen desde hace décadas. Consideran que los negocios turbios, el tráfico, la escandalosa corrupción desde tiempos de Hugo Chávez, las sanciones y los desmanejos políticos del Palacio de Miraflores han socavado su profesionalismo hasta el extremo de “importar” know how.
Desde aquel país arriban a Caracas delegaciones de técnicos en aviones de Conviasa repletos para “asesorar” a los ingenieros venezolanos. El más importante de estos vuelos ocurrió a finales de enero, cuando llevó a funcionarios de alto nivel de Irán a Venezuela para negociar en varios frentes al mismo tiempo.
Nada de esto es gratis. Teherán no cobra en dólares, mucho menos en bolívares. Tampoco en Petro, la criptomoneda de Maduro. Prefiere cargar sus buques tanque con cientos de miles de barriles para después revender en mercados negros a un precio mucho más conveniente. La tarea intercontinental es gerenciada por tres áreas claves del régimen teocrático: el Ministerio de Petróleo, el de Defensa y Logística y, fundamentalmente, la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán. Cada una de estas dependencias envían a sus referentes que gozan de algún privilegio extra durante sus visitas. Pequeñas licencias caribeñas.
En nombre de Javad Owji -el sancionado ministro de Petróleo iraní- figura Ali Akbar Purebrahimi. Su jefe está en la mira del Tesoro de los Estados Unidos desde noviembre de 2020 y su currículum es amplio en la industria estatal del crudo: es un ingeniero experto en barrer con los recursos naturales y en eludir amonestaciones financieras. También goza del beneficio de ser conocido desde hace años por el Ayatollah Alí Khamenei. Purebrahimi visita la nación latinoamericana frecuentemente e imparte órdenes que son cumplidas al detalle por sus pares chavistas. Todos sus movimientos -o casi todos- son comunicados de manera oficial a su superior quien a su vez informa los avances al líder espiritual y al jefe de estado, Ebrahim Raisi.
Pero no es el único enviado de Khamenei para “salvar” a Maduro.
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