Luis Vicente León analiza dos posibles escenarios post elecciones
El analista político y presidente de la firma Datanálisis, Luis Vicente León, realizó un análisis de dos posibles escenarios post elecciones.
A través de su cuenta en la red social X, Luis Vicente León realizó un análisis con base a la pregunta, “¿Qué podrían conseguir Brasil, Colombia y México en su intento de provocar una negociación que conduzca a la solución de la crisis venezolana?”.
Dos posibles escenarios post elecciones por Luis Vicente León
En tal sentido, señaló que teóricamente solo hay dos posibles negociaciones que pueden promoverse en un caso como este:
- El primer escenario que plantea el presidente de Datanalisis es que “se intente reducir los costos de salida a Maduro y el sistema chavista para provocar el reconocimiento del triunfo opositor y permitir la transición”.
- La otra opción es “que intenta conseguir de Maduro las mejores condiciones para permitir que la oposición pueda seguir su lucha a futuro, cuando se asume que su permanencia en poder es el escenario más probable”.
En el primer caso, argumenta Luis Vicente León que la posibilidad de éxito solo sería posible si Maduro creyera que sus costos de permanencia son superiores a sus costos de salida.
Además, León destaca que “la posibilidad de que acepte una oferta para su salida del poder es extremadamente baja.
También resalta que ve con poca probabilidad, la propuesta de un asilo (y mucho menos ofrecido por un país que le adversa.
Tampoco considera una “amnistía, sino una garantía de subsistencia y coexistencia de todo el sistema revolucionario, su permanencia en el control de algunas instituciones básicas para protegerse en el futuro”.
Y la garantía de que podrá seguir participando en la política local, con opción a su regreso en el futuro, si se producen cambios en la opinión pública.
Segunda opción
Al mismo tiempo, Luis Vicente León destaca que con respeto a la segunda negociación, que plantea pedir a Maduro algunas concesiones, sabiendo que se queda, la probabilidad de que la oposición institucional y su lideresa, María Corina Machado, así como Estados Unidos acepten algo así, a cambio de reconocer a Maduro, es prácticamente imposible, lo que hace esa negociación claramente inviable.
Si añadimos que la estrategia opositora que intenta provocar un cambio político por la vía de la presión social y la implosión del sistema revolucionario y militar tampoco muestra señales de éxito y el gobierno está dispuesto a enfrentarlo como sea, podríamos concluir que la situación es muy retadora para cualquiera que busque restablecer los equilibrios perdidos.
Ruta viable
Creo que la ruta que seguirán los negociadores internacionales es presionar la cesión unilateral del gobierno, en aspectos que resultan claves para rescatar algunas condiciones democráticas básicas.
Por supuesto que todos los países seguirán pidiendo la demostración real y verificable de los resultados electorales, como hemos visto en sus declaraciones recientes.
Pero al final la negociación pragmáticamente tenderá a buscar, por ejemplo, la amnistía y liberación de presos políticos, la habilitación de los líderes opositores y sus partidos, la reforma real del sistema electoral y la enmienda constitucional que elimine la reelección indefinida y el recorte del periodo presidencial.
Es por ello que destaca que esta acción podría generar nuevos espacios de negociación y evitar el colapso de las relaciones de Venezuela con Brasil, Colombia y México.
Además la posibilidad de evitar que el país vaya a un escenario aún más difícil de aislamiento y profundización de sanciones, que más que a una solución, conduce al país a una situación tipo Nicaragua o Irán, donde todos pierden, especialmente la gente.
Cada sector tiene que cumplir su rol en la búsqueda de soluciones. El de los negociadores no es romper los puentes y quemar los barcos o llenar páginas enteras de insultos y calificativos que sólo bloquean las soluciones futuras.
Vale la pena recordar que la política es la ciencia de la negociación. Y ella no depende de lo que quieres o mereces, sino del balance de fuerzas de negociación que tengan las partes y se capacidad de modificarlas.
Información de 2001