Otro venezolano muere cruzando la selva del Darién
Un venezolano de 43 años de edad falleció tras iniciar su travesía por la selva del Darién, entre Colombia y Panamá. El migrante sufrió una ulcera péptica tras adentrarse en el peligroso paso migratorio.
Nheudy José Meza Fernández buscaba llegar a Estados Unidos para comprar una casa y tener su propia pescadería en Venezuela. Sin embargo, sus objetivos se vieron frustrados cuando comenzó a sufrir dolores en su abdomen.
Meza, quien era oriundo de Cantaura, estado Anzoátegui, viajaba junto a su hijastro y otro amigo. El 29 de julio el grupo se internó en el primer campamento del lado colombiano. Al día siguiente emprendieron la caminata en la selva.
Hora y media después, el venezolano comenzó a vomitar y a sentir dolores abdominales. Freddy Romero, su hijastro, narró que pensaron que los malestares eran pasajeros y continuaron caminando.
A tres horas del recorrido, Nheudy sintió calambres en una de sus piernas. Todos se detuvieron para que el hombre descansara, pero el receso no alivió las dolencias.
A pesar de su malestar y el cansancio, su hijastro y el amigo, avanzaron. Ese mismo día acamparon en la zona limítrofe que se conoce como “Las banderas”.
Esa primera noche, Nheudy José la pasó mal. No durmió. Así transcurrieron los cuatro días siguientes. A los malestares se sumó la fiebre. La caminata cada vez era más lenta.
Al llegar a la zona conocida como «Las Piraguas», el migrante subió a una lancha que lo llevó al poblado Bajo Chiquito, en Panamá, y de allí a un ambulatorio de Médicos sin Fronteras.
La atención demoró dos horas, le suministraron suero y un tratamiento oral. Luego, a las 5:00 de la tarde, le dieron el alta.
Su hijastro y el amigo lo sacaron cargado y lo llevaron hasta una carpa. Intentaron darle comida, pero solo se quejaba y expulsaba un vómito de color negro. A las 2:00 de la mañana del 2 de agosto, el hombre gritaba pidiendo auxilio: «Quiero agua. Tengo la boca amarga».
«Le dimos agua. Se enjuagó la boca y se acostó, pero a los minutos se puso de pie y dijo ‘me estoy muriendo. Dame el teléfono para mandarle una nota de voz a tu mamá’. Luego, me estiró la mano, tomó la mía y me dijo que le faltaba el aire. A las 3:50 de la madrugada, murió al sufrir una úlcera péptica», recordó Romero.