Todas las cosas en común
Una de las características que más sobresalen en la vida de los primeros cristianos es la forma en la que compartían todas las cosas.
Había un verdadero compañerismo donde se buscaba el bienestar del prójimo por encima del bien individual.
Todos los creyentes se reunían en un mismo lugar y compartían todo lo que tenían. Vendían sus propiedades y posesiones y compartían el dinero con aquellos en necesidad. Hechos 2: 44- 45 NTV
Aunque esta etapa de la iglesia no duró mucho debido a la persecución que sufrieron los cristianos a causa de los romanos, si es de distinguir el amor que se tenían los unos a los otros.
Hoy vivimos en una sociedad muy egoísta, carente de todo compañerismo donde lo individual es lo más importante y el amor ha desaparecido aún en el ámbito cristiano.
Vivimos enfocados en poseer cosas materiales creyendo que es lo importante perdiendo de esta manera nuestra influencia en la sociedad.
La sociedad espera ver a Jesús a través de nosotros, mientras nosotros vamos cediendo a los valores y principios de los que no conocen a Dios.
Nos parecemos tanto al mundo que a veces es difícil distinguir entre un cristiano y uno que no lo es, perdiendo la esencia del cristianismo: amar con todas nuestras fuerzas a Dios y a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
¿En qué lugar tengo a Dios en mis prioridades?
¿Cuál fue la última vez que ayudé a una persona necesitada mostrando el amor de Cristo?
Señor, quiero vivir una vida centrada en ti mostrando tu amor a mis semejantes.
Janoi Lopez Quintana
Pastor de la Iglesia Cristiana Cypress Houston TX