Una proteína de alarma inmunitaria aumenta la respuesta inflamatoria
La función de nuestro sistema inmunitario es fundamental para mantener la salud, ya que nos protege frente a infecciones y nos ayuda a combatir y superar enfermedades, pero cuando la respuesta inmunitaria es demasiado agresiva puede provocar una inflamación que deteriore el organismo, o incluso cause la muerte, como ha ocurrido, por ejemplo, con la ‘tormenta de citoquinas’ que acabó con la vida de muchos pacientes de Covid-19.
La inflamación también es uno de los síntomas de la artritis reumatoide y la psoriasis, entre otras enfermedades, y se desencadena cuando el cuerpo produce “proteínas de alarma” (interleucinas) que potencian nuestras defensas contra infecciones y lesiones al activar distintos componentes del sistema inmunitario. Saber cuándo se generan estas proteínas de alarma y comprender sus mecanismos de actuación para activar el sistema inmunológico ha permitido avanzar en el tratamiento de muchas enfermedades autoinmunes.
Ahora, científicos del Trinity College Dublin (Irlanda) han descubierto que la interleucina-37, una proteína de alarma inmunitaria que resulta clave en estos procesos y que se pensaba que tenía funciones inmunosupresoras, en realidad hace lo contrario; es decir, que desempeña una inesperada función como molécula activadora del sistema inmunológico, a pesar de que estudios anteriores habían sugerido que esta interleucina servía como un “interruptor de apagado” para el sistema inmunológico.
Seamus Martin, Profesor de Genética de Smurfit que ha liderado al equipo, ha explicado: “Las interleucinas juegan un papel clave en la regulación de nuestro sistema inmunológico en respuesta a infecciones bacterianas y fúngicas. Sin embargo, la interleucina-37 ha sido durante mucho tiempo un enigma, ya que no se encuentra en mamíferos como los ratones. Esto ha presentado un gran obstáculo para descubrir qué hace, ya que gran parte de lo que sabemos sobre el sistema inmunológico humano se descubrió por primera vez en organismos modelo cuya composición biológica es similar a la nuestra”.
Según muestra el estudio realizado por los investigadores de Trinity cuando la interleucina-37 se activa de la manera correcta, muestra una potente actividad proinflamatoria. “Este impacto proinflamatorio fue muy inesperado. Nuestro trabajo muestra que la proteína se une a un receptor de interleucina en la piel que se sabe que desempeña un papel clave en el desarrollo de la psoriasis. Y, para agregar más intriga a la historia, esto eleva a cuatro el número total de moléculas de alarma inmunológica que emiten señales a través de este receptor de interleucina en particular”, destaca el profesor Martín.
“Por qué hay tantas interleucinas que se unen al mismo receptor es un misterio –añade el científico–, pero si tuviéramos que especular, podría deberse a que este receptor cumple una función centinela muy importante en nuestra piel, y esa proteína de alarma puede simplemente no ser suficiente para responder a los diferentes agentes infecciosos que encuentra nuestra piel. Nuestra piel es la principal barrera entre nuestro cuerpo y el mundo exterior que los microbios deben atravesar para poder entrar a nuestro cuerpo y, en muchos aspectos, representa la primera línea de defensa de nuestro sistema inmunológico”.
Como tal, la interleucina-37 y otras proteínas de alarma inmunológica pueden haber evolucionado para convertirse en distintas variaciones del mismo tema que permiten a nuestro organismo detectar diferentes tipos de infección al ser activados por enzimas que son distintas para cada agente patógeno. Los resultados de la investigación se han publicado en Science Immunology y suponen un avance en la comprensión y la respuesta a los trastornos autoinmunes y la inflamación.
Con información de WebConsultas