Día de la Afrozulianidad Juan de Dios Martínez
Nace el l6 de Marzo de 1945, en Bobures, al Sur del Lago de Maracaibo, hijo de Pedro Martínez y Maria Isabel de Jesús Suárez. Contaba, que su papá y su mamá se conocieron en una noche de gaita de tambora y a los nueve meses nació él.
Entre sus Publicaciones destacadas están:-ANTECEDENTES Y ORIGENES DEL CHIMBÁNGUELES. 1983-LAS BARBUAS. Mitos y Leyendas de origen africanos en el sur del lago de Maracaibo.-PRESENCIA AFRICANA EN EL SUR DEL LAGO. 1987.-LA GAITA DE TAMBORA. 1990.
-COMO BAILAR CHIMBÁNGUELES. 1992.-EL GOBIERNO DEL CHIMBÁNGUELES. 1992.-EL CULTO DE SAN BENITO DE PALERMO. 1999DECRETO No 347 El Gobernador Manuel Rosales, reconociendo el aporte africano en la configuración de nuestros pueblos, decretó el 16 de marzo del 2006 el DIA DE LA AFROZULIANIDAD, en reconocimiento al cultor popular e insigne luchador bobureño, Juan de Dios Martínez, quien en una ardua investigación de campo compiló, divulgó y preservó los logros etnomusicales, costumbres y tradiciones de la sabiduría africana.
“La música de los tambores es una de las principales manifestaciones legadas por los pueblos africanos que arribaron a Venezuela durante la colonización. El repicar de los tambores en el pueblo, las manos negras agitan el apretado cuero produciendo un sonido rítmico que invita a mover las caderas; ¡Ajé, Ajé, Ajé, Benito Ajé!, el ambiente refleja las tradiciones africanas vibrando en tierra zuliana.” El ajé es el Dios de las aguas azules, la divinidad en que creían los africanos que debió ser transformada por la figura de San Benito establecida por los españoles católicos. (Diario La Verdad, 16-3-2007).
“Lo más importante de este culto es la relación entre el vasallo o devoto y el santo, unido a la ignotas voces que emanan de los tambores, las cuales nos comunican con el ámbito donde se centra la energía de Dios, esa que une y armoniza el universo, de la cual somos parte, como una gota de agua es del mar. El santo pasa a ser el otro yo del militante en el culto, es su magna presencia, el Dios en potencia que llevamos por dentro y desconocemos, es la gran fuerza capaz de hacer milagros, y a la vez, tangibles las cosas imposibles. Es el poder del universo encerrado en cada uno de nosotros, quienes como una partícula del mismo cosmo, accionamos y emanamos energía curativa, milagrosa y de armonía con los otros seres vivos”. (Martínez, Juan de Dios. El Culto a San Benito de Palermo en Venezuela, Pág. 3).