Alemania y Japón refuerzan colaboración en seguridad y energía frente a Rusia

Los líderes de Alemania y de Japón, Olaf Scholz y Fumio Kishida, se comprometieron hoy a reforzar su colaboración en materia de seguridad ante los desafíos generados por Rusia, así como para reducir su dependencia energética de Moscú.

Scholz y Kishida se reunieron este jueves en Tokio durante la visita de dos días del canciller alemán, que ha elegido Japón como destino de su primer viaje oficial al continente asiático desde su llegada al cargo a finales del año pasado.

Los dos líderes quisieron enviar de este modo «una señal de su compromiso político» y de los «valores democráticos compartidos», según dijeron en una rueda de prensa conjunta donde hubo alusiones directas a Moscú y otras más veladas a China.

Respuesta a Rusia

Scholz y Kishida prometieron trabajar codo a codo para «dar pasos firmes» en respuesta a Rusia, lo que incluye la aplicación de las sucesivas rondas de sanciones coordinadas con el G7, además de «medidas adicionales», según Scholz.

Ambos países abrirán una nueva vía de cooperación de seguridad celebrando «lo antes posible» reuniones presenciales en el formato «2+2» (encuentros entre sus ministros de Defensa y de Exteriores), que según Kishida abordarán temas concretos, como maniobras militares conjuntas.

Alemania también contempla «un nuevo paso» en su política militar que implica el envío de vehículos blindados de fabricación nacional a Ucrania, recordó Scholz, lo que se sumaría al envío de misiles antiaéreos Stinger y cohetes antitanque.

Japón, por su parte, ha enviado a Ucrania material militar no letal, drones y asistencia humanitaria en base a su normativa que limita la transferencia al exterior de equipamiento de defensa.

El Gobierno nipón también ha decidido en los últimos días el envío de aviones logísticos de sus fuerzas de Autodefensa (Ejército) a Polonia y Rumanía para transportar ayuda humanitaria a los refugiados ucranianos.

El país asiático, además, se plantea duplicar su gasto militar hasta situarlo en el 2 % de su producto interior bruto, un paso que de salir adelante sería similar al adoptado por Alemania tras el comienzo de la guerra de Ucrania y en línea con la meta fijada por los socios de la OTAN.

Dependencia energética

Japón y Alemania también planean «reducir su dependencia energética de Rusia», de acuerdo con los compromisos del G7, y lo harán buscando otras vías de suministro u otras fuentes energéticas también con el objetivo de reducir las emisiones de CO2.

Ambos mandatarios hicieron alusión al hidrógeno, un sector en el que Japón está realizando cuantiosas inversiones, como alternativa de futuro al gas, el carbón y el petróleo, combustibles que tanto Berlín como Tokio importan en distinta medida desde Rusia.

Scholz también señaló que Alemania ha comenzado a «prepararse» para un potencial corte del suministro de gas como el que ha aplicado Moscú a Polonia y Bulgaria como represalia por sus sanciones.

Mensajes para China

En un acto previo a la cumbre con Kishida celebrado este jueves en la Cámara de Comercio de Alemania en Japón, Scholz subrayó que su Gobierno busca estrechar lazos «con países que comparten los valores democráticos» en la región de Asia-Pacífico, y además de Japón citó a Australia, Corea del Sur y la India.

Al ser preguntado en la rueda de prensa sobre si la aproximación a Japón marca un cambio de rumbo en la política alemana hacia China, principal socio comercial de Berlín, Scholz afirmó que no aspira «a dividir a la región».

Creo que no debemos depender sólo de un país, tal y como nos ha mostrado la guerra de Ucrania, dijo el canciller, quien justificó su sintonía con Japón por el hecho de que ambas potencias «son grandes exportadores y países industriales».

Durante la reunión de hoy también se abordó la situación de seguridad en el Indo-Pacífico, y en concreto «los intentos para cambiar por la fuerza el ‘statu quo’» en la región o la preocupación por la situación de los derechos humanos en Hong Kong o de la minoría uigur en China, según Kishida.

Preocupación por actividades de China

Japón viene expresando su preocupación por el incremento de las actividades marítimas chinas, y en particular en torno a Taiwán, a las islas Senkaku (administradas por Tokio pero reclamadas por Pekín), y más recientemente, por el acuerdo de cooperación de seguridad firmado por China con las Islas Salomón.

El Gobierno de Kishida tomará el relevo de Alemania al frente del G7 en 2023, y a finales del mayo será escenario también de una cumbre del Quad, grupo de países que además de Japón integran Estados Unidos, Australia y la India.

Se espera que esta cumbre sirva para dar visibilidad a la estrategia de un «Indo-Pacífico libre y abierto», impulsada por Tokio y Washington para contrarrestar el auge geopolítico de China, además de para discutir la situación en Ucrania.

EFE