Carros eléctricos Made in Maracaibo: Augusto Pradelli la versión Caribe de Tesla
Tras el volante de los carros eléctricos, van los soñadores conduciendo hacia el establecimiento de una industria automotriz de energía alternativa sustentable y maracucha. Augusto Pradelli, partiendo de un carrito de golf, creó la primera generación de vehículos eléctricos “Made in Maracaibo”.
Su centro de operaciones lo ubicamos en el Complejo Caribe que reúne el Hotel, la sala de Conciertos y Restaurante y el Taller donde se construyen los vehículos eléctricos e híbridos en plena cuadra fundacional de la capital zuliana; en la calle Carabobo.
Augusto, cineasta por formación y empresario por convicción -emocionado-, nos habló de sus “hijos”.
“Tenemos seis prototipos experimentales desarrollados en Caribe Carro: el primero fue hecho con un motor de motocicleta, pero en el mismo, no hemos podido eliminar el ruido ensordecedor dentro de la cabina donde van el piloto y su copiloto”.
Pequeños problemas que no admitieron derrotas a juicio del empresario marabino, quien aclaró que sin bien no han resuelto el problema del ruido en este prototipo en particular, lograron hacer más eficiente su motor, pues siendo de gasolina, lograron recorrer 37 kilómetros con sólo un litro, lo cual en sí mismo es un récord.
A partir de allí, comenzó la fabricación de los carros eléctricos: “Tomamos los motores de los carritos de golf y con la inventiva y la creatividad de ingenieros y artesanos de la mecánica, todos maracuchos, zulianos; cambiamos los ciclos de esos motores, los rediseñamos, les dimos mayor potencia y ensayando, errando y consiguiendo victorias, rebobinamos los motores, modificamos sus componentes, sus tarjetas y el motor, el cual inicialmente desarrollaba 16 kilómetros por hora, hoy llega a 40 kilómetros por hora o más”.
Cuatro ruedas Hecho en Maracaibo
Ingenieros de La Universidad del Zulia convocados por el entusiasmo de Pradelli, se han incorporado con mucha fuerza en la apuesta empresarial.
“El rendimiento de estos vehículos -afirma- de 20 kilómetros lo hemos llevado a 100 en apenas cuatro o cinco años”. El efecto pandemia fue el pívot fundamental de esta idea artesanal pero efectiva.
Al desatarse la epidemia por Covid 19 y dispararse , casi simultáneamente el precio de la gasolina y su escasez, Augusto y su gente, más de 37 empleados que se han comido las verdes y las maduras por más de una década junto a su empleador, optaron por correr contra la corriente y en vez de comprar el litro de gasolina al precio del bachaqueo, optaron por construir su primer carro eléctrico, que al desplegarse se convertía en una extensión de Caribe Concert Restaurant, en la puerta de tu casa.
“Este concepto -refiere Pradelli entusiasmado- es el que los maracuchos bautizan como “transformer”, pues es un carro que se convierte en lo que el empresario crea, quiera o requiera”. Las opciones se pierden de vista: laboratorios móviles, mecánicos empoderados y a domicilio, tiendas de dulces hasta venta de pastelitos y cepillados. Todo, en un compacto eléctrico y modificable.
– ¿Cómo lo cargas?
-Estamos fabricando los primeros cargadores rápidos para las emergencias pues en una hora, podemos cargar los vehículos casi que en un 80 por ciento. Pero también tenemos el sistema de carga normal de 110 voltios durante seis horas.
Todos estos vehículos nacieron por la necesidad de no cerrar sus empresas y darle movilidad al negocio mismo, que de lo contrario, habría sucumbido por el efecto pandémico. “Definitivamente -dice a modo de reflexión Augusto Pradelli- las necesidades crean las oportunidades”.
Célebre alrededor del mundo tras aparecer el presidente venezolano Nicolás Maduro, manejando uno de sus prototipos más acabados, el carro eléctrico Catatumbo, es capaz de remolcar a hasta una tonelada de peso, sin perder su movilidad y compostura.
“Son equipos muy silenciosos, ecológicos y van en consonancia con lo que nos depara el futuro. Venezuela va hacia esos rumbos, a la del despegue tecnológico de la mano con la creación de bienes y servicios. Construir baterías para este tipo de modelos, debería convertirse en una opción segura para nuestros planificadores pues en nuestro país tenemos todo, y toda la materia prima para hacerlo”, dice sin titubeos el empresario marabino. Y sentencia: “Esto es el presente y el futuro. No queda de otra”.
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