Covid-19: ¿Qué es la inmunidad híbrida?

La inmunidad híbrida se ha revelado como el estado más eficaz a la hora de prevenir un nuevo contagio por SARS-CoV-2. Básicamente, consiste en una pauta completa de vacunación y un contagio, ya sea previo o posterior a las inoculaciones. La combinación del aporte de la vacuna y la propia respuesta inmunológica del cuerpo, que genera además memoria de réplica ante futuros ataques, convierte a la persona en mucho más resistente a futuras infecciones.
La llegada de la variante ómicron a finales del pasado mes de noviembre trastocó todos los esquemas, por su alta capacidad de transmisión; aunque se reveló como menos agresiva que su predecesora, la delta, multiplicó los contagios. Su variante silenciosa, de la que se viene hablando en el último mes y medio, también ha motivado que la precaución ante los contagios se redoble en medio de un clima de relajación general, que ya contempla incluso el inminente final del uso de las mascarillas en espacios interiores.
La Sociedad Española de Inmunología, empero, recomienda la dosis de refuerzo cuando hayan pasado cinco meses desde el contagio posterior a la pauta completa, o la misma cantidad de tiempo desde la última vacuna en caso de que el contagio fuese previo a ella. El organismo genera así una respuesta más amplia, y afecta a varias proteínas del virus en vez de centrarse en la ‘S’. Cuando hay una infección, además de los anticuerpos que también generan las vacunas, se gestan células ‘B’ de memoria (un tipo de glóbulo blanco) que permiten una respuesta más eficaz ante futuras amenazas. A mediados de la década de 1970, se descubrió que estas células se forman en humanos en la médula ósea, antes de migrar a los ganglios linfáticos o al bazo. Con la infección también se crean células T, que identifican las células infectadas y las eliminan.
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