Deportan a grupo de venezolanos en San Andrés: Cada uno había pagado 3 mil 500 dólares para llegar a EEUU

El sueño de Edwin, Eduard y Rosimar de llegar a Estados Unidos, se vio truncado al ser interceptada la lancha en la que viajaban ilegalmente a Nicaragua, desde San Andrés, por la guardia costera de Colombia.

Los tres jóvenes viajaban con otras 16 personas. “La mayoría eran venezolanos”, aseguró Edwin, de 21 años. Aunque les suplicaron a las autoridades que los dejaran seguir, pues solo les faltaban dos millas para entrar en aguas nicaragüenses, no hubo esa concesión, pues la travesía era ilegal.

Ellos (3) entraron a la isla de San Andrés de forma legal: vía aérea, con boletos de ingreso y salida, pago de hospedaje y del paquete turístico. No obstante, el viaje en lancha no cuenta con permisos y era la única prueba de fuego. “Dicen que suele caer una lancha al mes. Y fue la de nosotros”, manifestó Eduard, de 19 años.

“A diario, sale al menos una lancha con migrantes”, enfatizó Rosimar, también de 19 años. “No sabemos si es suerte o mala suerte, porque era como si no nos conviniera seguir la ruta”, prosiguió como si, desde lo más profundo de su ser, buscara un alivio.

3.500 dólares el paquete

Esta ruta, la de San Andrés y hasta Nicaragua, no es la más frecuentada por los migrantes. Es más costosa. “Nosotros, por persona, pagamos 3.500 dólares. Claro, ese precio incluye que nos dejen hasta la frontera de México con Estados Unidos. Hasta ahí iba el acompañamiento y guía”, subrayó el mayor de los tres, Edwin.

La distancia que les faltaba para llegar a aguas nicaragüenses, cuando fueron interceptados por las autoridades colombianas, era muy corta. “Apenas dos millas”, reiteraron mientras conversaban con el equipo reporteril de La Nación, una vez pasaron a Venezuela, en compañía de funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana de Migración y del Servicio de Administración, Identificación y Extranjería (Saime).

Según los entrevistados, los otros migrantes se les arrodillaban a las autoridades, pues manifestaban que hasta sus casas habían vendido para poder migrar. “Decían que no podían hacer nada, pues aún eran aguas colombianas y tenían que cumplir con las leyes de su país”, relataron.

La ruta de retorno a Venezuela fue traumática, pues desde la semana pasada se habían despedido de sus raíces para emprender su travesía hacia Norteamérica, el destino más común de los venezolanos que ingresan a la lista del éxodo.

“Estamos otra vez acá. En la frontera por donde salimos hace días atrás y con los bolsillos vacíos, pues gran parte lo invertimos en el paquete que nos garantizaba llegar a Nicaragua y seguir hasta México, para luego ingresar a los Estados Unidos”, indicó Eduard mientras esperaba, junto a los otros dos jóvenes, por la entrega de sus documentos.

Migración Venezuela, tras recibirlos, hizo su trabajo de rigor. Chequeó los datos de sus pasaportes en los sistemas Saime y Siipol y, tras verificar que no tienen deudas pendientes con la justicia, les permitieron seguir con su camino.

“Lo más seguro es que nos regresemos a Colombia hoy. No tenemos nada qué hacer aquí. Será tomar ahora la ruta del Darién”, aseguraban con el vigor y valentía de sus edades.

La ruta de la selva del Darién es la más usada por los migrantes venezolanos. Está envuelta de innumerables peligros, pero es más económica que la tomada, en primera instancia, por los tres jóvenes.

Puente Simón Bolívar

Justo en la mitad del puente internacional Simón Bolívar, funcionarios de Migración Colombia hicieron la entrega de los jóvenes a sus pares de Venezuela.

Las autoridades colombianas se despidieron con mucha amabilidad de los tres ciudadanos venezolanos, quienes, sin tenerlo en su agenda, retornaron al país que abandonaban días atrás.

Al otro grupo de venezolanos que iba con ellos en la lancha, los deportaron por otras fronteras con Venezuela. “Nosotros entramos a Colombia por este puente y nos entregaron por acá mismo”, recalcaron a modo de colofón.

Por EPTV