Devocional
El rey David, en el Salmo treinta y dos, en el versículo siete, le canta al Señor: Tú eres mi escondite; me proteges de las dificultades y me rodeas con canciones de victoria.
Luego de una Pausa musical.
El Señor le contesta al rey David en los versículos ocho y nueve: Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos.
Es maravilloso saber que el Señor nos guía por el mejor sendero de la vida, nos aconseja y vela sin descanso por nosotros.
La intimidad con Dios es la verdadera base de toda la revelación de su buena voluntad, agradable y perfecta.
Es imposible conocer cuál es el camino si no estamos dispuestos a ser discípulos de Jesús.
Es imposible conocer cuál es el camino si antes no estamos dispuestos a dejarlo todo por Cristo.
Disfrutamos de la bendición de Dios cuando abandonamos el pecado.
El Señor le dice claramente a David, No seas como el mulo o el caballo, que no tienen entendimiento, que necesitan un freno y una brida para mantenerse controlados
Si no somos dirigidos por el Señor, entonces seremos controlados por nuestros impulsos y malas decisiones.
¿Me estoy deleitando con el Señor y su buena voluntad para mi vida?
¿Estoy caminando en la senda de justicia que el Señor ha preparado para mí?
Señor, quiero seguirte en todos los momentos de mi vida, quiero hacer tu buena voluntad, agradable y perfecta.
Palabras claves: Arrepentimiento, Voluntad de Dios, Intimidad, Providencia
Marcos 3:35; Mateo 7:21; Romanos 1:10; 1 Juan 2:17; 1 Tesalonicenses 4:3-4