El papa pide a los sacerdotes que eviten las divisiones en la Iglesia

El papa Francisco presidió hoy la misa Crismal con la que se abre el llamado Triduo pascual, con el que comienzan los ritos de la Semana Santa, y en su homilía pidió a los sacerdotes que eviten las divisiones, que después «fomentan partidos y cordadas» en la Iglesia.

En la homilía en la que el pontífice tradicionalmente da consejos a los sacerdotes, los instó a «crear armonía» porque advirtió: «Cuando nos convertimos, aunque sea por ligereza, en instrumentos de división; y le hacemos el juego al enemigo, que no sale a la luz y ama los rumores y las insinuaciones, que fomenta los partidos y las cordadas, alimenta la nostalgia del pasado, la desconfianza, el pesimismo, el miedo».

«Tengamos cuidado, por favor, de no ensuciar la unción del Espíritu y el manto de la Madre Iglesia con la desunión, con las polarizaciones, con cualquier falta de caridad y de comunión. Recordemos que el Espíritu prefiere la forma comunitaria: la disponibilidad respecto a las propias necesidades, la obediencia respecto a los propios gustos, la humildad respecto a las propias pretensiones», añadió.

El papa también pidió a los sacerdotes que sean amables. «Si la gente encuentra incluso en nosotros personas insatisfechas y descontentas, que critican y señalan con el dedo, ¿dónde descubrirán la armonía?», dijo

«¡Cuánta gente no se acerca o se aleja porque en la Iglesia no se siente acogida y amada, sino mirada con recelo y juzgada! En nombre de Dios, ¡acojamos y perdonemos siempre! Recordemos que ser agrios y quejumbrosos, además de no producir nada bueno, corrompe el anuncio, porque contra-testimonia a Dios, que es comunión y armonía». aseveró.

Y les instó «a perdonar siempre» a todos los fieles que lo pidan.

Francisco también presenciará mañana el Vía Crucis del Viernes Santo en el Coliseo, el Sábado Santo presidirá la Vigilia Pascual y el domingo en la plaza de San Pedro oficiará la Misa de Resurrección e impartirá la tradicional bendición Urbi et Orbi asomado en el balcón central de la fachada de la basílica vaticana.

EFE