¿Estamos esperando al pecador o estamos yendo a rescatarle?

Jesús fue a las plazas, las esquinas, los barrios marginales, etc.

El mensaje de Jesús fue dirigido a un grupo de personas muy diverso como pescadores, publicanos, samaritanos, cojos, ciegos, ricos, leprosos, prostitutas y muchos más, no importando el estatus social o la reputación de sus oyentes.

Jesús no se quedó sentado en un “templo” a esperar a que algún pecador llegara a buscarle, Jesús fue a todos y por todos.

Como iglesia a veces actuamos como el hijo mayor que se quedó en la casa con su padre mientras su hermano andaba perdido.

El hijo mayor se quedó en casa trabajando, suponiendo que su servicio lo haría parecer un buen hijo.

Cuando su hermano regresó no quiso entrar al banquete que había hecho su padre, ya que no entendía cómo se podía premiar a su hermano después de este malgastar la parte de la herencia que le tocaba.

El hijo mayor representa nuestro falso amor por el perdido.

Nos quedamos en la “iglesia sirviendo al Señor” mientras que el mundo se pierde sin Cristo.

Cuando llega alguna persona nueva a la iglesia, juzgamos su forma de vestir, de hablar y de comportarse olvidando en que condición estábamos antes de que Cristo llegara a nuestras vidas.

Necesitamos vestirnos de compasión por el perdido y dejar atrás toda arrogancia religiosa.

¿Necesito pedirle perdón al Señor por olvidarme de llevar el Evangelio a los perdidos?

¿Cuándo fue la última vez que compartí de Jesús con otras personas?

¿ Que me impide hacerlo?         

Palabras claves: Buenas nuevas, Arrepentimiento, Amor, Compasión,

Lucas 19:10; Ezequiel 34:16; Juan 3:16; Romanos 5:8; Romanos 6:23

Janoi Lopez Quintana

Pastor de la Iglesia Cristiana Cypress Houston TX