La caída de un dictador

Los dictadores vienen y van así como la ola del mar viene y va dependiendo de la fricción de la velocidad del viento sobre el agua.

Así también las naciones tienen cada cierto tiempo dictadores que llegan al poder, queriendo establecer un régimen que controla todo o casi todo.

El poder y las leyes a su favor les hará pensar que nunca serán derrocados y vencidos por ninguna fuerza en el mundo.

Herodes era uno de esos dictadores que le importaba poco el pueblo y sí su propio bienestar. Por esta razón y buscando el favor de los religiosos de la época mandó a matar a Jacobo, hermano de Juan y metió preso a Pedro.

Hostigando de esta manera a la naciente iglesia cristiana. Hechos 12: 20- 25

Como todo acaba aún aquello que se ve invencible; Al instante, un ángel del Señor hirió a Herodes con una enfermedad, porque él aceptó la adoración de la gente en lugar de darle la gloria a Dios. Así que murió carcomido por gusanos.

En estos días hay muchos Herodes queriendo convencer al mundo con palabras engañosas que siempre tienen un final oscuro.

Lamentablemente muchos siguen escuchando y peor aún creyendo cada falacia pregonada por estos individuos.

Como siempre sucede, antes o después, los dictadores mueren y la palabra del Señor crece y se multiplica.

¿Estamos poniendo nuestra esperanza en un dictador o un sistema que nos pueda ayudar a mejorar económicamente?

¿Estamos más comprometidos con el sistema que con la palabra de Dios?

Señor ayúdanos a seguir estableciendo tu reino a pesar del sistema y los tiempos que estamos viviendo.

Janoi Lopez Quintana

Pastor de la Iglesia Cristiana Cypress Houston TX