La vida cristiana es una carrera de perseverancia y no de momentos.
Es una carrera de todos los días. Donde abundan los obstáculos y las distracciones que tienen como objetivo desviar nuestra atención de la verdadera meta.
El escritor del libro de Hebreos, en el capitulo doce versículo uno nos dice que debemos despojarnos de todo peso que nos impide correr la carrera cristiana, especialmente que renunciemos al pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y nos invita a correr con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante.
Los atletas profesionales NO cargan con ningún elemento adicional durante la carrera.
Porque cualquier peso adicional se volverá como piedra gigante a medida que avanzan los kilómetros.
Correr con Cristo exige de nosotros el mayor de los esfuerzos, ya que el pecado es muy atrayente y se nos presenta en forma enmascarada.
Por esta razón, debemos despojarnos de todo pensamientos que no provengan de Cristo y someter a tiempo nuestros deseos a la voluntad de Dios.
¿Qué tiempo estoy dedicando a la lectura y estudio de la palabra de Dios?
¿Es la oración un recurso que uso diariamente para relacionarme con mi Señor?
Señor, quiero correr la carrera de la perseverancia y la resistencia, ayúdame con tu gracia a llegar a la meta.
Palabras claves: Carrera, Perseverancia, Meta, Cristo
Romanos 5:3-4; Romanos 15:5; Efesios 6:18; 2 Tesalonicenses 3:5
Janoi Lopez Quintana
Pastor de la Iglesia Cristiana Cypress Houston TX