Le tengo pánico al odontólogo

‘Es frecuente que el miedo al dentista se genere por alguna experiencia negativa anterior, en una clínica dental; ya sea durante la niñez o en la edad adulta, también es posible que haya sido infundado por una vivencia ajena contada por familiares o amigos. A nivel mundial por lo menos de 4 al 23 por ciento en países Europeos, se tiene este temor; en Sudáfrica 34.7 por ciento; en los Estados Unidos, de 10 a 12 millones de individuos sufren de una seria fobia dental; mientras que otros 35 millones de personas sufren de ansiedad dental’
ANALGESIA Y SEDACIÓN EN PROCEDIMIENTOS ODONTOLÓGICOS
En relación a este común e interesante tema, el Dr. Francisco Ortega, especialista en Anestesiología y Adjunto al Servicio de Anestesiología, del Hospital Universitario de Maracaibo (SAHUM) expuso, los diversos tipos de anestesia que existen para disminuir el dolor odontológico “existen varios tipos de anestesia fuera de quirófano: Anestesia Extra Hospitalaria, la de Ansiedad Dental y Fobia Dental; además de la selección del paciente candidato a la sedación”, explicó.


SIEMPRE CON EL CONSENTIMIENTO DEL PACIENTE
En este sentido, el especialista declaró “para empezar se debe tener el consentimiento firmado por parte del paciente; y seguidamente, detectar factores de riesgo e identificar aquellos que tengan dicho riesgo aumentado; así como ser valorado previamente por el anestesiólogo, aunado a esto, el paciente debe poseer una condición física óptima”, dijo.De igual manera destacó “los pacientes que no son candidatos para la anestesia extra hospitalaria, son aquellos que padecen: diabetes, o procesos metabólicos mal controlados; los que tienen antecedentes de toxicomanía, con trastornos convulsivos y de obesidad mórbida; de igual manera, los trastornos del sueño, debido a episodios repetidos del cierre o colapso total o parcial de la vía respiratoria superior cuando la persona duerme (Síndrome Intenso de Apnea Obstructiva del Sueño) debe tomarse en cuenta también a aquellos pacientes que han resultado afectados negativamente a una anestesia previa, con alergias notables a fármacos, que se utilizarán en el procedimiento y riesgo aumentado a bronco aspiración”, detalló Ortega.
CONFIANZA EN TU ODONTÓLOGO Refirió el especialista, acerca de la importancia de confiar en el odontólogo “en la relación del especialista con el paciente, debe existir una relación de confianza y conocimiento mutuo, entre el anestesiólogo y el odontólogo, ya que ambos deben de estar asegurados contra riesgos profesionales y estar respaldados por sociedades que avalen su ejercicio profesional”, advirtió.

Prosiguió informando, que en la selección y requisitos de instalación para un procedimiento, el anestesiólogo debe actuar como ferviente defensor de la seguridad del paciente “los suministros a usar deben estar vigentes y contar con el mantenimiento apropiado de los equipos; además de administrar presión positiva, en caso de depresión ventilatoria, así como existir un protocolo de evacuación y salidas de emergencia para el personal en caso de catástrofes, accidentes laborales y accesibilidad a un centro hospitalario”, indicó.
CUÁLES EQUIPOS SON NECESARIOS EN LA PRACTICA EXTRA-HOSPITALARIA?
Aclaró el anestesiólogo, la necesidad de los elementos de monitoreo “medición no invasiva de la presión arterial, con diversos tamaños de manguitos; frecuencia cardiaca/ electrocardiogramas; oxímetro de pulso, temperatura y capnografía, dispositivos para intubación y ventilación; cánulas nasales y bucales; mascarillas faciales; aparatos de ventilación de balón/mascarillas auto inflables, laringoscopios de múltiples tamaños y estériles y mangos, son precisos para estos procedimientos”, destacó. Agregó, cuáles son los fármacos necesarios -para un anestesiólogo entrenado y preparado- que vaya a administrar al paciente, ante un efecto adverso que se pueda presentar en el procedimiento “tenemos: el Propofol, de rápido inicio de acción, semivida corta (el efecto antiemético (controlan la emesis, la náusea y la cinetosis) es intrínseco), depresión respiratoria y bradicardia, considerar la infusión de propofol y es excelente hipnótico; el Fentanilo, el cual tiene una semivida corta, es excelente opción analgésica, bradicardia y depresión respiratoria, náuseas y vómitos, considerar bolos intermitentes; la Ketamina, el paciente está relajado, tranquilo inmóvil, es anestésico y analgésico, no deprime función ventilatoria, disminuye el riesgo de bronco aspiración, intensifica producción de secreciones y alucinaciones”, explicó.
IMPORTANTE LA ATENCIÓN POSTANESTESICA Y EL DOLOR POSOPERATORIO
Consideró el trato posoperatorio “al terminar el procedimiento el paciente debe ser capaz de sentarse, no tener dolor ni náuseas; además de signos vitales estables. El paciente debe permanecer en estado de vigilia por un tiempo prudente antes de retirarse y estar acompañado. Se recomienda el manejo con analgésicos (no opioides) la Infiltración con anestésico local podría ser beneficiosa, la profilaxis antiemética, es de uso común, con pequeñas dosis de esteroides para manejar el proceso inflamatorio posquirúrgico”, finalizó.

Redacc: Norgelis Gómez

Fotos: Cortesía Dr. Ortega

Prensa SAHUM.