Los cardenales eligen a un papa de corazón latinoamericano y en continuidad con Francisco

Los 133 cardenales eligieron en la cuarta votación a Francis Robert Prevost, de 69 años, considerado joven para ser pontífice y «el menos estadounidense de los estadounidenses», con un corazón latinoamericano y en continuidad con Francisco.

El primer papa estadounidense, pero el perfil más internacional respecto a sus compatriotas, era prefecto del dicasterio de los obispos desde 2020 y, por ello, conocido por todos los prelados y cardenales que llegaban a Roma.

Pero además es una figura importante en Latinoamérica, con veinte años en Perú a sus espaldas, primero como misionero y luego como obispo de la diócesis de Chinclayo, y a los peruanos dedicó algunas palabras en su discurso de presentación al mundo.

También es presidente de la Pontificia comisión para América Latina, el organismo vaticano que se ocupa de las temáticas que afectan a los países latinoamericanos.

Agustiniano discreto

Este agustiniano discreto, que habla perfectamente francés, ingles, italiano y español, fue la figura que más convenció a una iglesia universal, representada por los 70 países de los cardenales que entraron en la Capilla Sixtina y que rechazaron el regreso de un papa italiano.

Reconocido por todos por su capacidad de escucha y por la discreción, fue la sorpresa, ya que no se le conocían declaraciones o entrevistas antes del cónclave.

Durante las congregaciones generales ya surgió, sobre todo entre purpurados latinoamericanos, que era una personalidad que podría ser ‘papable’.

Además en el discurso con el que se presentó al mundo, escrito en unos folios, a diferencia de sus predecesores que improvisaron, Prevost dejó claro que su pontificado será en continuidad con Francisco.

No sólo le dio la gracias por su pontificado, sino que además repitió conceptos muy queridos por el papa argentino como la sinodalidad, es decir la escucha de todos los miembros de la Iglesia, una iglesia abierta a todos y capaz de «tender puentes».

Un discurso en el que repitió términos como los que usó Francisco en los 12 años de pontificado al pedir ser «una Iglesia misionera que construye puentes y diálogo de amor, siempre abierta a recibir como esta plaza con los brazos abiertos a todos aquellos que necesitan de nuestra caridad y de nuestra presencia».

Discurso

En su discurso utilizó una de las últimas peticiones del papa Francisco en su intervención del Domingo de Resurrección cuando condenó el rearme. «Esta es la paz de Cristo Resucitado. Una paz desarmada y una paz desarmada, humilde y perseverante. Viene de Dios. Dios que nos ama a todos incondicionalmente», dijo Prevost en su alocución.

En los días de las congregaciones generales consiguió despistar a los periodistas entrando con un pequeño coche anónimo y, a pesar de ser cardenal, vivía en una habitación de la curia general de la Orden de San Agustín, a la izquierda de la columnata de Bernini, un edificio que él mismo mandó construir cuando era superior de su orden.

Quien le conoce dice que sabe escuchar y que consigue ser apreciado por los cardenales progresistas y conservadores, así como por las tres mujeres que Jorge Bergoglio nombró en 2022, por primera vez, para trabajar con él como miembros del ‘ministerio’ para los obispos.

Información de EFE