Restaurantes y bares en Caracas ofrecen recorrido para impulsar venta

 Bares del centro y el oeste de Caracas están ofreciendo un recorrido de ocho horas en el que los clientes visitan los locales para disfrutar de comida, bebida y baile, como una forma de impulsar las bajas ventas en medio de la inflación.

El recorrido denominado “Ruta de Templos Paganos” abarca la visita a dos restaurantes y siete bares, y es organizado por los propietarios de los locales y personas de las comunidades.

“Se trata de rescatar los bares (…) Darle vitrina a esos espacios para que sobrevivan. En este lado de la ciudad (centro) la actividad económica de los bares ya no es lo que era antiguamente por la situación de la economía”, dijo Freddy de Freitas, propietario de un restaurante de comida española, en el centro de la capital, que tiene más de 40 años.

En 2019 el Gobierno flexibilizó los controles de la economía permitiendo una dolarización de facto que dio oxígeno al comercio y la industria, pero las transacciones en divisas no han sido suficiente para la recuperación total de los sectores.

Este año, los negocios han enfrentado menos ventas ante los rezagos de los salarios y una inflación interanual de 282%, en los últimos meses los comerciantes han tenido que ingeniárselas para estimular el consumo.

El recorrido arranca en el restaurante de comida española de Freddy de Freitas, donde los visitantes degustan tapas como croquetas, tortilla de papas, camarones, entre otros. Luego las personas, en un servicio de transporte privado, continúan la ruta en otros bares que ofrecen comida y cervezas.

El paseo culmina en una zona popular, donde hay músicos en la calle que tocan salsa. El costo del recorrido es de 80 dólares por persona.

“La ruta busca que la gente se reconecte con estos lugares, que conozca su historia, que no haya brecha entre este y oeste de la ciudad, que hay una sola Caracas”, dijo Maxwell Briceño, fotógrafo y también organizador de las visitas a los locales.

“Tengo la oportunidad de conocer este espectáculo. Es una locura”, dijo Rafael Braumann, un turista alemán en uno de los bares. “La cerveza sabe bien y hay música”, agregó.

Reuters