Rusia culpa a Zelenski y EEUU de la muerte de 50 prisioneros ucranianos

Rusia responsabilizó este sábado al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y a Estados Unidos de la «matanza» de medio centenar de prisioneros ucranianos en una cárcel de Donetsk, mientras Kiev demandó a la ONU una investigación internacional y acusó a mercenarios rusos de estar detrás del «acto de terrorismo».

«Toda la responsabilidad política, penal y moral por la sangrienta matanza contra los ucranianos recae personalmente en Zelenski, su régimen criminal y quien le apoya, Washington», aseguró en un comunicado Ígor Konashénkov, portavoz ruso de Defensa.

Moscú confirmó hoy la muerte de 50 de los 193 prisioneros ucranianos que se encontraban en la penitenciaría, entre los que figurarían miembros del batallón ultranacionalista Azov, considerados «nazis» por las autoridades rusas.

Zelenski es culpable, según Moscú

Tanto el Ejército ruso como los separatistas prorrusos mantienen que el ataque fue perpetrado con misiles HIMARS, suministrados por Washington al Ejército ucraniano.

Medios oficiales rusos informaron del hallazgo de fragmentos de esos misiles en el lugar del siniestro, la localidad de Yelenovka -región de Donetsk-, aunque Kiev niega rotundamente ser el autor del bombardeo contra sus propios hombres.

«Los restos de 48 militares ucranianos fueron encontrados y recuperados entre los escombros. Además, otros dos soldados ucranianos gravemente heridos murieron de camino al hospital», afirmó Konashénkov.

A su vez, cifró en 73 los heridos que tuvieron que ser hospitalizados con lesiones graves, entre los que no había ningún vigilante, como se había informado en un primer momento.

El Ministerio de Defensa ruso publicó también una lista con la identidad de los 123 muertos y heridos, que tenían entre 20 y 49 años.

Esa lista está siendo cotejada por representantes del batallón Azov, que ya han puesto en duda su autenticidad, según informó la agencia UNIAN.

Los separatistas prorrusos acusaron el viernes a Kiev de atacar la cárcel para infundir miedo a sus soldados.

Investigación internacional

Por su parte, Ucrania ha pedido a la ONU y al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) que envíe una misión a Donetsk para investigar el ataque.

«El bombardeo es un cínico acto de terrorismo por parte de la Federación Rusa, una provocación militar y una clásica operación de falsa bandera con el propósito de ocultar crímenes de guerra, desacreditar a las fuerzas armadas ucranianas e incrementar las tensiones en la sociedad ucraniana», afirmaron en un comunicado el Ejército, el Ministerio de Defensa, los servicios de seguridad y la defensora del pueblo de Ucrania.

La nota niega una vez más que Kiev estuviera detrás del ataque contra Yelenovka (también conocida como Olenivka, en ucraniano), ya que el Ejército ucraniano dispone de «equipamiento suficiente» para «identificar sus blancos» con precisión, argumentaron.

El hecho de que los prisioneros fueran trasladados a las instalaciones de esa localidad poco antes del ataque, así como la ausencia de hostilidades en ese emplazamiento, demuestran que se trata de una operación premeditada, agregan.

Las autoridades ucranianas recordaron además que los soldados cautivos en la prisión habían sido evacuados de la ciudad asediada de Mariúpol como parte de una operación coordinada por la ONU y por el CICR.

Los servicios de inteligencia de Ucrania fueron más allá y responsabilizaron del ataque a mercenarios de la compañía militar privada Wagner, que pocos días antes tomaron una central eléctrica en Donetsk.

El estadounidense Instituto de Estudios de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés) admite hoy en su informe diario que, por el momento, es «incapaz» de determinar el bando responsable del ataque, aunque sí indicó que las imágenes disponibles respaldan más la postura ucraniana.

Sin avances en el Donbás

Mientras, en el campo de batalla, según el parte matutino del Estado Mayor General de Ucrania y las observaciones del ISW, el Ejército ruso no ha sido capaz de lograr réditos territoriales en el Donbás.

«Antes los invasores lograban realizar grandes avances debido a su notable superioridad en artillería. Ahora, el apoyo internacional en forma de HIMARS no es suficiente para una contraofensiva, pero debido a la destrucción de los arsenales con munición al enemigo le es mucho más difícil completar sus reservas de armas y maniobrar», comentó Serhiy Haidai, jefe de la Administración Regional de Lugansk.

El ISW destaca que las tropas rusas siguen intentando rodear al contingente ucraniano en Donetsk desde el norte en Izium -región de Járkov-, el eje oriental de Bajmut-Siversk y la estratégica Avdiivka en el sur.

Precisamente en los últimos días las fuerzas rusas han incrementado los intentos de asalto de las localidades situadas al norte del aeropuerto de Donetsk.

Con todo, la autoproclamada república popular de Donetsk informó este sábado de que sus milicias han tomado cuatro pequeñas localidades en Donetsk con el apoyo de la artillería y aviación rusas.

Contraofensiva ucraniana en el sur

A su vez, el Ejército ucraniano continuó su tentativa de contraofensiva en las regiones del sur limítrofes con la anexionada península de Crimea.

Kiev dijo haber inutilizado otro puente ferroviario en la región de Jersón en un intento de dificultar la llegada de suministros al enemigo.

Otro ataque con misiles HIMARS, que tendría como objetivo la central hidroeléctrica Kajovskaya, fue repelido por las baterías antiaéreas rusas.

Mientras Kiev dijo haber eliminado en la última jornada a 170 soldados ocupantes, Konashénkov aseguró que misiles de precisión rusos mataron a unos 140 soldados ucranianos de un batallón de asalto de élite en Donetsk y a otra treintena de efectivos que se refugiaban en una fábrica en Járkov.

En materia de armamento, el ministro de Defensa ucraniano, Oleksiy Réznikov, adelantó hoy en Twitter que Washington le prometió nuevas partidas de armas para reforzar la defensa nacional, mientras Alemania confirmó que enviará 16 tanques para el tendido de pontones en ríos y valles, que se sumarán a los 15 blindados antiaéreos Gepard.

EFE