Segunda noche consecutiva de ataques incendiarios en conflictivo sur de Chile

Una serie de ataques incendiarios se registraron en la madrugada de este jueves, por segunda noche consecutiva, en el conflictivo sur de Chile, donde existe desde hace décadas un enquistado conflicto territorial entre el Estado, grandes empresas forestales y grupos de indígenas mapuche.

Una casa patronal en Tirúa y una bodega y una cabaña en Cañete, ambas en la región del Bío Bío (500 kilómetros al sur de Santiago), fueron quemadas en dos ataques distintos que no dejaron heridos ni víctimas mortales, según informaron medios locales.

«La ministra del Interior (Izkia Siches) instruyó la presentación de una querella para perseguir a los responsables, y la realización de un comité policial mañana jueves encabezado por el subsecretario del Interior Manuel Monsalve», tuitearon desde el Ministerio del Interior.

En el incendio de Tirúa se encontró un escrito que alude al movimiento mapuche y exige la liberación de los presos indígenas, y en Tirúa se dejó un panfleto que adjudicaba el ataque al grupo radical Resistencia Mapuche Lafkenche, según informó una radio local.

En la víspera, se registraron al menos otros dos hechos de violencia provocando la destrucción de garitas, vehículos de carga y camionetas, y un supuesto enfrentamiento con disparos entre un grupo de desconocidos y personal policial en Bío Bío.

En esta y otras regiones del sur de Chile existe hace décadas el llamado «conflicto mapuche», que enfrenta a comunidades indígenas con empresas agrícolas y forestales que explotan tierras consideradas ancestrales.

El pueblo mapuche, la etnia indígena más numerosa de Chile, reclama los terrenos que habitaron durante siglos, antes de que fueran ocupados por el Estado chileno a fines del siglo XIX en un proceso conocido oficialmente como la «Pacificación de La Araucanía» y que ahora pertenecen en su mayoría a grandes grupos económicos.

En el último año, esta disputa ha experimentado una escalada de violencia con frecuentes ataques incendiarios a maquinaria y predios, tiroteos con víctimas mortales y huelgas de hambre de presos indígenas.

Desde que asumió la Presidencia el pasado marzo, el izquierdista Gabriel Boric cesó la militarización de la zona que el anterior mandatario, el conservador Sebastián Piñera, había decretado en octubre de 2021, y desplegó una estrategia de «diálogo» en la zona.

Sin embargo, sus políticas no han sido bien recibidas: el pasado marzo, la ministra Siches fue recibida a la entrada de una comunidad indígena con una serie de disparos al aire y hace semanas, el subsecretario Monsalve también tuvo que interrumpir su agenda en la región del Biobío porque un grupo de personas le cortó el paso en una de las carreteras.

NAM/Efe