Yulimar Rojas y Duplantis, solos contra su propia excelencia

Batirse en duelo contra la excelencia propia, sin adversarios que aprieten desde abajo, constituye un privilegio al alcance de muy pocos atletas, como les ocurre a la venezolana Yulimar Rojas o al sueco Armand Duplantis, los más insignes entre los 680 (372 hombres y 308 mujeres) de 137 países que se aprestan para disputar en Belgrado, de viernes a domingo, los campeonatos del mundo en pista cubierta.

El pertiguista regresa al Stark Arena donde hace sólo diez días añadió un centímetro a su récord mundial con un salto de 6,19 metros. La saltadora, reina universal del triple desde hace seis años, acude después de haberse quedado a dos centímetros de su plusmarca bajo techo con un registro de 15,41 en Madrid.

Son campeones olímpicos y plusmarquistas mundiales. Rojas, además, campeona del mundo; Duplantis, subcampeón. Son los triunfos más cantados de los campeonatos. Solo un contratiempo ajeno a sus propias prestaciones puede impedirles colgarse la medalla de oro en sus disciplinas.

Duplantis, sin embargo, no puede descuidarse, pues tiene a tres rivales del club de los seis metros, incluido el estadounidense Chis Nilsen, subcampeón olímpico en Tokio 2020, que sólo dos días antes del último récord mundial del sueco se elevó a 6,05 metros en Rouen (Francia).

Los Mundiales «de bolsillo», que se disputan cada dos años, regresan después de cuatro. La pandemia de covid-19 obligó a saltarse los de 2020 y parece como si se hubiera perdido la costumbre. Algunas figuras han preferido ahorrarse la campaña en sala, como a menudo sucede en las temporadas postolímpicas.

Pero el nivel sigue siendo alto. Diez de los campeones mundiales bajo techo de Birmingham defienden título en Belgrado: el estadounidense Christian Coleman (60 m), el checo Pavel Maslak (400), el etíope Samuel Tefera (1.500), el británico Andrew Pozzi (60 m vallas), el estadounidense Will Claye (triple), el neozelandés Tomas Walsh (peso), la estadounidense Sandi Morris (pértiga), la serbia Ivana Vuleta (longitud), Yulimar Rojas (triple) y la británica Katarina Johnson-Thompson (pentatlón).

A la nómina de campeones mundiales en sala se sumará en Belgrado, a menos que se produzca una gran sorpresa, el noruego Jakob Ingebrigtsen, que tiene prácticamente reservado el título de 1.500, un mes después de hacerse con la plusmarca mundial en Lievin con 3:30.60.

Oportunidad para Europa en el Esprint

El atletismo europeo tiene una buena oportunidad de recuperar los títulos de velocidad pura. El italiano Marcell Jacobs, que hizo historia al proclamarse campeón olímpico de 100 m en Tokio 2020, y sobre todo la polaca Ewa Swoboda, tendrán por objetivo razonable el título de 60.

El esprint masculino plantea un gran duelo entre el actual campeón, Christian Coleman, y Jacobs, aunque los pronósticos señalan al norteamericano por su explosiva puesta en escena frente a la más lenta del italiano. Sólo 4 centésimas les separan en el ránking del año (6.45 frente a 6.49). Entre los dos, otro estadounidense, Marvin Bracy (6.48). El último campeón europeo fue el británico Richard Kilty, en 2014.

Sbowoda es la única que ha bajado este año de los 7 segundos en 60 metros (6.99) y disfruta de un margen de 5 centésimas sobre la siguiente, la estadounidense Marybeth Sant-Price. Desde que la griega Ekaterina Thanou ganó en 1999, ninguna europea ha vuelto a ser campeona mundial de 60.

El 800 es la única prueba con un atleta español al frente de la lista mundial del año. El murciano Mariano García domina con 1:45.12, pero el dato no es tan significativo en el sector del mediofondo, que se presta a vicisitudes tácticas, entraña mucho peligro en las rondas clasificatorias y ofrece, por tanto, más campo a la sorpresa.

Ingebrigtsen no suele fallar en 1.500, pero tendrá que vérselas con el campeón en ejercicio, el etíope Samuel Tefera (3:33.70 este año) y con el keniano Abel Kipsang (3:34.57). Europa no conoce la victoria en 1.500 desde hace 19 años.

Mechaal reacio a un triplete etíope en 3.000

El español Adel Mechaal, que estaba inscrito en 1.500 y 3.000, se inclinó, finalmente, por esta última distancia consciente del desafío que entraña enfrentarse a tres etíopes: Berihu Aregawi, líder mundial con 7:26.20, Lamecha Girma (7:30.54) y Selemon Barega (7:30.66), todos con muchas opciones de pisar podio incluso en posiciones intercambiables.

El campeón de España no está lejos de ellos en cuanto a marca. Este año ha batido el récord de Europa con 7:30.82, pero su esprint es inferior al de los tres africanos. En caso de que ninguno de estos se hubiera descolgado antes, el catalán se vería obligado a romper la carrera antes de la penúltima vuelta, si quiere arañar medalla.

Algo parecido sucede en el 3.000 femenino, aunque aquí las etíopes son dos: Dawit Seyaum, primera en el ránking con 8:23.24, y Ejgayehu Taye, segunda con 8:26.77. Su compatriota Lemlem Hailu, sin marca este año, también está invitada como ganadora del World Tour. La estadounidense Alicia Monson (8:31.62) es la rival más fuerte por marca.

Las vallas pondrán en acción al plusmarquista mundial e indiscutible favorito, el estadounidense Grant Holloway, que domina el ránking con 7.35 en una prueba con dos españoles, Asier Martínez y Enrique Llopis, candidatos a estar en la final. Los dos dejaron sin sitio en el equipo a todo un subcampeón olímpico y medallista de bronce mundial al aire libre, Orlando Ortega.

Crouser rey de los forzudos

El gigante Ryan Crouser, campeón olímpico y plusmarquista mundial, compite en Belgrado con la sagrada misión de recuperar el título de lanzamiento de peso para Estados Unidos, evitando, de paso, el tercero consecutivo del neozelandés Tomas Walsh.

Pese a dominar de forma abrumadora la disciplina en los últimos años, Crouser es, a sus 29 años, un novato en Mundiales bajo techo. El año pasado batió el récord mundial en sala con 22,82, el de aire libre con 23,37 y ganó las 14 competiciones en las que participó. Esta temporada logró el título estadounidense con un tiro de 22,51 que le otorga un confortable margen de 60 centímetros sobre el siguiente, el polaco Konrad Bokowiecki.

En el círculo estará el defensor del título, Tom Walsh, que obtuvo el bronce mundial al aire libre en Doha 2019 con 22,90 y el mismo metal en los Juegos de Tokio 2020. Este año presenta marcas más modestas. La mejor, 21,55.

La prueba femenina de peso enfrenta a dos invictas este año: la portuguesa Auriol Dongmo, que viene de hacer el mejor lanzamiento del mundo desde 2016 (19.90), y la estadounidense Maggie Ewen, ganadora de la Diamond League, que logró el título norteamericano bajo techo con 19.79.

Seis mujeres representan a Ucrania

Con los hombres empeñados en la defensa del país, en plena guerra con Rusia, Ucrania llega a Belgrado con un equipo exclusivamente femenino en el que sobresalen la saltadora de altura Yaroslava Mahuchikh y la de longitud Marina Bekh-Romanchuk, que asumen la responsabilidad de lograr que el himno nacional suene en el Stark Arena. Junto a ellas estarán Anna Plotitsyna (60 m vallas), Iryna Herashchenko (altura), Yana Gladiychuk (pértiga) y Yulia Loban (pentatlón).

La presencia de las ucranianas en la capital serbia contó con el apoyo de la Asociación Europea y la Federación Polaca, que trabajó para recogerlas en la frontera y alojarlas en Varsovia antes del viaje a Belgrado, según explicó la secretaria general de la Federación Ucraniana, Iolanta Hropach.»Esperamos que den gloria a Ucrania en el mundo y demuestren nuestra fuerza en el ámbito deportivo», afirmó Hropach.

EFE