Devocional

El evangelio de Juan, en el capítulo tres, nos cuenta la historia de un hombre llamado Nicodemo, un líder religioso judío de los fariseos.
Una noche fue a hablar con Jesús: Rabí, le dijo, todos sabemos que Dios te ha enviado para enseñarnos. Las señales milagrosas que haces son la prueba de que Dios está contigo. Jesús le respondió: Te digo la verdad, a menos que nazcas de nuevo, no puedes ver el reino de Dios.
En la actualidad, hay muchas personas que tienen una vida
religiosa y una fe ferviente en Dios, sin embargo, NO han tenido una experiencia de salvación con Jesús.
Jesús, le dice a Nicodemo en el versículo seis: El ser humano solo puede reproducir la vida humana, pero la vida espiritual solo puede nacer del Espíritu Santo.
No basta solo con creer, necesitamos un encuentro con Dios.
No basta con vivir una vida moral según los estándares de este tiempo. No es suficiente.
Jesús, continúa hablando con Nicodemo:  nadie puede entrar en el reino de Dios si no nace del agua y del Espíritu.
Nacer de agua, pudiera estar relacionado con la nueva vida que se produce
después de un arrepentimiento genuino en el corazón del pecador.
Nacer del Espíritu, se refiere a la necesidad de nacer de nuevo dejando atrás
una vida llena de pecado.
A veces tenemos a El Salvador frente a nuestros ojos y no lo hemos debido a tanta lógica y razonamiento humano, que combinado con el orgullo no deja
que reconozcamos lo evidente.
Ser un hijo de Dios, no se hereda ni se compra.
Nacemos de nuevo cuando el amor de Cristo se revela en nuestros corazones a través del Espíritu Santo.

¿Necesito nacer de nuevo?

¿Necesito dejar atrás mi vida pecado para rendirme totalmente al Señor y sus planes?

Señor, quiero seguir predicando tu palabra con todo denuedo para que muchos puedan conocerte  verdaderamente.
Palabras claves: Salvación, Nacer de Nuevo, Arrepentimiento, Espíritu Santo
2 Crónicas 7:14; 1 Juan 1:9; Proverbios 28:13; Mateo 3:8

Janoi Lopez Quintana

Pastor de la Iglesia Cristiana Cypress Houston TX