La oración es un recurso que Dios usa para ayudarnos a estar fortalecidos en el momento de la tentación.

La mayoría de las veces la tentación nos sorprende estando dormidos.

Cuando esto pasa hay un gran porcentaje en ceder ante la tentación.

En el evangelio de Mateo en el capítulo 26 del verso 36 al 46 nos cuenta que mientras Jesús encontró a los discípulos durmiendo en vez de estar apoyándose en oración. 

Jesús le dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.

Así como el pescador usa como anzuelo un gusano para atraer al pez. De esta misma forma a menudo el diablo usa el anzuelo de alguna atracción del mundo para persuadirnos a probar el pecado.

El diablo, cuando tentó a Cristo usó a los reinos de este mundo como su anzuelo.

Cuando Cristo animó a los discípulos a que oraran para no entrar en tentación, les estaba señalando que la carne siempre iba a ser motivo de estorbo para quienes quieren avanzar hacia cosas mayores en la vida espiritual.

La meta principal de la tentación es la de conducir a la persona a fallarle a Dios.

Cualquiera que sea el pecado, nunca debemos olvidar que el propósito de la tentación es dañar la salud espiritual del creyente.

Cuando no estamos preparados espiritualmente para enfrentar una tentación usaremos nuestros recursos naturales para poder enfrentarla.

¿Cuál es la tentación que el diablo está usando ahora mismo para separarnos de los planes de Dios?

¿Debo pedirle perdón a Dios por haber cedido a la tentación del diablo?

Palabras claves: Obediencia, Arrepentimiento, Salvación, Discípulo

1 Corintios 10:13; Santiago 1:12; Proverbios 6:28; Mateo 6:13; Hebreos 4:15 

Janoi Lopez Quintana

Pastor de la Iglesia Cristiana Cypress Houston TX