Confiar en la justicia de los hombres es parecido a confiar en la vista de un ciego o las palabras de un mudo.

El apóstol Pablo, constantemente está recibiendo oportunidades para defender su caso y juntamente con estas oportunidades está recibiendo algunos consejos que supuestamente tienen el propósito de ayudarle.

Su gran disyuntiva es ceder y hacer caso al gobernador Festo y volver a Jerusalén o seguir pidiendo un juicio justo y tratar de presentarse al mismísimo César. Hechos 25

Que errados estamos, cuando ponemos nuestra esperanza en la decisión de magistrados y jueces, olvidando que la verdad y misericordia solo la podemos encontrar en Dios.

Que errados estamos, cuando ponemos nuestra confianza en las palabras de un juez, un fiscal o el presidente de una nación. Olvidando que muchos de ellos han pactado con la mentira y la corrupción y solo les importa ocupar su posición.  
Primero Dios, luego el hombre.

¿Estamos confiando más en la palabra de un hombre que en la palabra de Dios?

¿Mi confianza radica en la justicia humana o en la justicia divina?

Señor, confío en tu cuidado y protección, mi vida descansa en tu voluntad.

Frase: Mi confianza descansa en Dios y su voluntad.

Proverbios 3:5-6; Jeremías 17:7-8; Salmo 56:3; Isaías 43:2; Salmo 143:8

Janoi Lopez Quintana

Pastor de la Iglesia Cristiana Cypress Houston TX