La posición para dormir es fundamental para la salud

Puede sonar repetitivo, pero es fundamental que todas las personas tengan que descansar de manera correcta y respetando los correspondientes horarios, sin embargo, en muchos casos no se puede lograr debido a la incomodidad derivada de la mala posición al acostarse.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la actualidad, se duerme una hora menos que hace 50 años y dos menos que hace 100. Por ello, recomiendan que los adultos deben hacerlo entre siete y ocho horas por día y los adolescentes y niños, aproximadamente nueve, una situación que no ocurre con frecuencia en tanto que el tiempo promedio de descanso ronda entre las seis y siete horas.

Las incorrectas posiciones al dormir, por lo general generan diversos dolores que incomodan por completo el transcurrir del día. “Dormir tiene que ver con toda una serie de procesos neuronales, endócrinos y cambios metabólicos que ocurren durante una fase de nuestro día”, indica al medio Bienestar Stella Valiensi, médica neuróloga del Hospital Italiano y presidente de la Asociación Argentina de Medicina del Sueño.

Existen ciertas prácticas o rituales que pueden colaborar a que el descanso rinda y la persona se levante como nueva, y la postura juega un rol clave. Boca abajo, de costado o hacia arriba son las más frecuentes, pero no siempre las más recomendadas, ya que son muchos los factores que se disputan y que se ven implicados en cada una.

Dormir de costado:

La recomendación mayor es realizarlo del izquierdo. Alivia los ronquidos, las apneas, mejora la digestión y elimina todo tipo de toxinas del cerebro.

Dormir boca abajo

Puede resultar sumamente cómodo, pero entre sus contraindicaciones se encuentra que comprime el tracto digestivo, el cuello, debido a que la cabeza se ubica de costado, dificulta la respiración y por ende la persona está más propensa a sufrir un colapso de la vía aérea o apneas de sueño.

Dormir boca arriba

Se trata de la postura menos convencional y la que muchos prefieren esquivar y señala que pasar largas horas estático de esta manera, aumenta la predisposición a roncar con mayor intensidad y frecuencia, como así también a padecer dolores lumbares, de cuello y de espalda, ya que durante la noche estuvo rígida con todo el cuerpo apoyado en ella.

Con información de Metro World News