Unos 10 kilómetros caminan habitantes de la Guajira para conseguir agua

Diez kilómetros a pie deben recorrer los ciudadanos para poder tener un poco de agua y no necesariamente potable. Por esta situación deben pasar, al menos, unas 50.000 familias de 100 comunidades del municipio Guajira en el estado Zulia. Y en los días de la Semana Santa, los afectados apuntan que es el viacrucis que les toca transitar.

En este 2023, los wayúu aseguran que están padeciendo la peor sequía en la historia de este pueblo. Esto, sin contar que no es una situación nueva, porque por 20 años han vivido sin agua potable.

Quienes caminan estos 10 kilómetros van hasta los jagüeyes, que son una especie de pozos de agua. Allá llegan con sus animales para que ayuden con la carga y otros esperan hasta cinco horas por un camión cisterna privado para comprar un tonel de agua. Por esto, deben pagar un precio que oscila entre 6.000 a 9.000 pesos colombianos que, al cambio, son 2 dólares.

“En plena Semana Santa estamos sufriendo porque en nuestra casa no tenemos una gota de agua y esta situación cada día es peor, los jagüeyes se están secando con esta sequía y no sabemos qué vamos hacer”, así lo lamentó Carmen Fernández, habitante de la comunidad de Calle Larga en Guarero.

Hace dos semanas, la alcaldesa de la Guajira, Indira Fernández, anunció la llegada de dos motores que pondrían en marcha el acueducto El Brillante, que beneficiaría a las comunidades de las parroquias Elías Sánchez Rubio y Guajira, pero pasan los días y no hay respuesta, sólo hay desesperación en las familias para intentar llenar sus envases.

Saida Marín, habitante del Sector La Y, relató que desde hace 10 años están padeciendo la falta de agua y las autoridades municipales sólo anuncian que los trabajos en el acueducto están en marcha. Nunca les han dado la buena noticia de que han concluido la obra.

Desde 2017, El Brillante dejó de suministrar agua a miles de familias wayúu y añú en el territorio venezolano porque los cortes eléctricos produjeron daños en los equipos de la planta potabilizadora de agua, situación que empeoró la condiciones de vida de más 80.000 habitantes.

El Pitazo